Con la disminución de las poblaciones mundiales de abejas a una velocidad asombrosa, existe el riesgo de que los suministros de producción disminuyan en algún momento en el futuro cercano.
Una nueva generación de innovadores, como la graduada de la Academia de Arte y Diseño de Bezalel, Meydan Levy, está ideando alternativas alimentarias para prepararse para el peor de los casos. Levy diseñó Neo Fruits, una colección de frutas artificiales impresas en 3D con cáscaras de celulosa y llenas de una saludable mezcla de vitaminas y minerales.
Según Levy, la inspiración para diseñar la fruta artificial surgió de la necesidad de explorar formas nuevas y factibles de alimentar a la creciente población mundial. La idea era crear una alternativa atractiva que tuviera dos propósitos: crear un sector ecológico productor de alimentos y mejorar la nutrición.
Para comenzar el proyecto culinario experimental Levy trabajó primero con varios nutricionistas para desarrollar mezclas de vitaminas y minerales para cada concepto de fruta. Las combinaciones resultantes están destinadas a satisfacer completamente la amplia gama de necesidades nutricionales del cuerpo humano.
Una vez que se concibió el impacto nutricional de la fruta, el siguiente paso fue crear la fruta misma. Utilizando técnicas innovadoras de impresión en 3D, Levy creó la cáscara externa de la fruta a partir de celulosa translúcida, un compuesto orgánico que da a todas las plantas sus estructuras. Las pieles de celulosa se imprimen en una forma plana y comprimida, pero una vez que los líquidos ricos en nutrientes se agregan a través de las arterias incorporadas, adquieren una apariencia regordeta y frutal.
En una entrevista con Dezeen, Levy explicó que el proceso en realidad es bastante sensible y sostenible, porque cuando la fruta seca es plana, es liviana, lo que significa que tiene una larga vida útil y puede transportarse fácilmente.
«Agregar los líquidos y activar la cuarta dimensión le da vida a la fruta, porque desde ese momento, se puede comer», explicó Levy. «El líquido se convierte en el reloj biológico de la fruta y le da una vida determinada, lo que significa que permanecerá en su mejor momento por un tiempo limitado pero previamente planificado».
Actualmente, Neo Fruit se compone de cinco frutas distintas. Una está formado por una serie de pequeñas vainas unidas como moléculas. Al igual que una hoja de alcachofa, el comensal tiene que abrirla y raspar el contenido con los dientes.
También hay una opción inspirada en la fruta de la pasión. Dividido en tres segmentos, la pulpa interior de esta fruta se mantiene unida por un esqueleto exterior colorido. Cada fruta tiene un sabor distinto según su contenido.
Para crear sabores únicos, Levy trabajó con varios chefs que se especializan en cocina molecular para crear los colores, texturas y sabores de las frutas.