El aceite de palma en Francia viene siendo motivo de una batalla fiscal algunas ONG y la empresa Total.
Inicialmente, el gobierno francés había adoptado una estrategia nacional para prohibir la importación de aceite de palma para elaborar biocombustibles convencionales, como parte de su lucha contra la deforestación. La estrategia originalmente tenía una gran cuota de ambición, ya que incluía un plan para hacer que el tema formara parte de los acuerdos comerciales internacionales.
Pero la estrategia se ha paralizado. Había sido impulsada por intereses agrícolas puramente franceses, ya que Francia es el principal productor de biodiésel de colza. Total jamás apoyó dicha medida. Por el contrario, el gigante petrolero venía llevando a cabo enormes inversiones en la refinería de Le Mède para convertirla en una usina de producción de biocombustible a partir de aceite de palma.
Los parlamentarios luego trataron de eliminar el aceite de palma de la lista de biocombustibles convencionales que se benefician de una ventaja fiscal. Aunque el Consejo Constitucional, influenciado por Total, inicialmente canceló la propuesta dos veces, finalmente validó la decisión de eliminar los incentivos fiscales para el aceite de palma.
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El impuesto de incentivo a la incorporación de biocombustibles, conocido como TIRIB, ahora excluye productos como el diesel y la gasolina producidos a partir del aceite de palma.
Pero en un giro inesperado, la Dirección General de Aduanas de Francia ha devuelto el destilado de ácido graso de palma (PFAD) a la lista de biocombustibles que se benefician de la exención de impuestos, beneficiando a la planta Total de Mède, que produce los llamados biocombustibles avanzados o aquellos hechos de coproductos de aceite de palma.
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“Los parlamentarios han sido claros. Votaron para poner fin al impuesto de nicho que beneficia a los biocombustibles elaborados de aceite de palma, que obviamente incluye los PFAD”, dijo Jérôme Frignet de Greenpeace.
Las ONG, que se reunieron con la ministra de Transición Ecológica, Elisabeth Borne, el 21 de enero, presentaron una solicitud ante el Consejo de Estado de Francia, impugnando el uso de los textos por parte de la Dirección General de Aduanas.
Según Laura Buffet, de Transporte y Medio Ambiente, un paraguas europeo para las ONG que trabajan en los campos del transporte y el medio ambiente, “la Unión Europea recientemente decidió dejar de apoyar el aceite de palma en los combustibles debido a la deforestación. El ‘PFAD’ es claramente sinónimo de aceite de palma, y es por eso que Francia no debe apoyar su uso en combustibles”.