sábado, abril 20, 2024
 

EEUU: reglamentación de etiqueteado podría demorar la llegada de la carne cultivada

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Los avances en la tecnología de cultivo celular están permitiendo a los desarrolladores de alimentos utilizar células animales obtenidas de ganado, aves de corral o mariscos en la producción de alimentos, y se espera que estos productos estén listos para el mercado en un futuro no muy lejano.

La FDA, junto con el Servicio de Inspección e Inocuidad de los Alimentos del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA-FSIS) establecieron un acuerdo formal sobre cómo usar las herramientas regulatorias para garantizar que cuando los desarrolladores de alimentos traigan estos productos al mercado sean seguros y estén debidamente etiquetados.

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Cuando se trata de la seguridad del producto, los mariscos cultivados en células permanecen bajo la jurisdicción exclusiva de la FDA; mientras que la FDA trabajará junto con el USDA para supervisar la carne y las aves de corral cultivadas en células. En virtud del acuerdo conjunto anunciado en marzo de 2019, la FDA supervisará la recolección de células, los bancos de células y el crecimiento y la diferenciación celular, con una transición a la supervisión del FSIS (USDA), que se producirá durante la etapa de recogida de células.

La terminología empleada para estos alimentos es parte de un caluroso debate entre las partes interesadas. Algunas startups se refieren a alimentos o carnes ‘basadas en células’ o ‘cultivadas en células’, mientras que otras elijen ‘cultivadas’ o ‘sin sacrificio’ y las más fundamentalistas le llaman»carne limpia». Por su lado, los defensores de la ganadería argumentan que esta última conlleva la implicación tácita de que la producción tradicional de proteínas animales es sucia, y se refieren a estos alimentos con términos, como ‘carne falsa’ y ‘carne sintética o artificial’. Mientras, los medios eligen el término ‘cultivado en laboratorio’, dado que sirve como una abreviatura rápida para distinguir los productos de carne tradicionales de los cosechados de animales sacrificados.

Si bien es probable que algunos comentaristas sigan refiriéndose a la carne cultivada fuera de los animales como ‘falsa’ o ‘cultivada en laboratorio’, independientemente del nombre común o habitual que los reguladores impongan a las empresas a usar en las etiquetas, encontrar un término que sea preciso y neutral será crítico para el éxito de la industria, dijo Brian Sylvester, un asesor especial de la firma de abogados Foley & Lardner LLP, en declaraciones al portal Food Navigator.

Respecto de los tiempos dijo que «La reglamentación ciertamente lleva tiempo. Pero teniendo en cuenta la velocidad récord con la que los reguladores se vienen moviendo hasta ahora en este espacio, soy cautelosamente optimista de que el proceso de reglamentación no se interpondrá con el cronograma anticipado para la comercialización de estos productos».

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Por el contrario Elizabeth Derbes, directora asociada de asuntos regulatorios en The Good Food Institute (GFI), que promueve la carne a base de plantas y cultivadas en células, dijo que «No creemos que sea necesaria una reglamentación, pero que si el USDA procede con una nueva normativa de etiquetas lo instamos a actuar con celeridad para que los productores de carne cultivada no se vean perjudicados por tener que postergar el lanzamiento de sus productos al mercado. «Un período de comentario puede ser tan corto como de 30 o 60 días, o puede ser mucho más largo. Lo más rápido que una reglamentación podría pasar de la propuesta a la instrumentación es de cuatro o cinco meses como mínimo, pero a menudo lleva años.»

El FSIS supervisará la producción y el etiquetado de los alimentos derivados de estas células, dijo Jeremiah Fasano, asesor principal de políticas del Centro de Seguridad Alimentaria y Nutrición Aplicada de la FDA.

 
 
 

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