El cambio climático es el principal desafío ambiental que enfrenta la humanidad. Es consecuencia de la presencia de ciertos gases en la atmósfera que impiden la disipación de los rayos ultravioletas, provocando un aumento de la temperatura media. Las consecuencias son tremendas. Fenómenos climáticos extremos, sequías prolongadas, mayores lluvias en estaciones secas, pérdida de biodiversidad, deshielo continental, etc.
Si bien el aumento de la concentración de estos gases es una condición natural de la tierra, el 97% de los científicos está convencido que el crecimiento exponencial registrado en la concentración de estos gases en la atmósfera es consecuencia de la actividad del hombre.
Independientemente de ello, lo importante es reducir la concentración de estos gases de cara al futuro para que el aumento de la temperatura media se mantenga por debajo de los 2 °C. Esto fue lo que acordaron en 2015 195 países en París.
Y aquí es donde la bioeconomía puede hacer un aporte sustancial elaborando productos de baja huella ambiental para todos los sectores de la economía partiendo de la fotosíntesis como proceso de captura de carbono.
Encontrar mecanismos que compensen de forma económica a las empresas que adopten estos procesos será clave para alcanzar el tan ansiado logro.
De esto hablamos con Martín Fraguío, director de la consultora Carbon Group Agroclimatic Solutions, recientemente contratada por FAO para evaluar proyectos de financiamiento verde para Argentina.