El parlamento francés está por aprobar la incorporación, dentro del proyecto de presupuesto 2021, de una normativa que obligará a que cualquier reabastecimiento de combustible de un avión en el país utilice al menos un 1% de combustible renovable, según publico el portal local Conexxion France.
Los biocombustibles para jets se fabrican a partir de residuos o aceites vegetales o animales y emiten hasta un 80% menos de CO2 que el queroseno de origen fósil, que actualmente utilizan los aviones.
Francia planea aumentar esta obligación al 2% en todo el combustible de aviación para 2025, al 5% para 2030 y al 50% para 2050.
A nivel mundial, solo alrededor del 0,6% del combustible de aviación utilizado para propulsar aviones es biocombustible sostenible, afirma la red de noticias de aviación Runway Girl.
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Esto se debe al hecho de que los biocombustibles renovables son de tres a seis veces más caros que los combustibles fósiles, según la tecnología.
Implementada la medida, se espera que un pasaje de París a Nueva York con un 1% de bio-combustible le cueste a cada pasajero unos 4 euros más.
Otras naciones europeas no están obligadas a emprender la misma acción.
«Estas medidas deberían desarrollarse al menos a nivel europeo e idealmente a nivel internacional», dijo a Le Figaro François Ioos, vicepresidente de biocombustibles de Total France. La petrolera francesa acaba de anunciar la reconversión de su segunda refinería de petróleo para elaborar biocombustibles.
La aviación comercial es responsable del 2% de los gases de efecto invernadero que se emiten a la atmósfera. IATA, la Asociación Internacional de Transporte Aéreo ha establecido ambiciosas metas de descarbonización que exigen que a partir de este año, las emisiones derivadas de la aviación comercial no podrán incrementarse y deberán reducirse a la mitad para 2050, respecto a los niveles de 2005.
A la vez, las proyecciones indican que para 2037 se habrán duplicado la cantidad de pasajeros transportados, alcanzando los 8 millones al año. Para abordar este desafío, la industria ha establecido dos rutas. Por un lado reducir el consumo de combustible de las aeronaves, a través de una mayor eficiencia y el uso de biocombusitbles sostenibles por otro.