Siempre que se aproxima el comienzo de una nueva vendimia en el hemisferio sur, es un buen momento para conversar con especialistas de esta fabulosa industria. Una industria con mucho mayor arraigo cultural, pero también, una de las más sensibles a los efectos del cambio climático.
El calor extremo, las sequías prolongadas, la mayor frecuencia de los incendios forestales, las inundaciones y las devastadoras heladas fuera de los períodos habituales son algunos de los fenómenos que están experimentados muchas regiones del planeta. Pero no es solo eso, sino que además llueve cuando no debería, sufrimos días de calor en invierno y días de frío en verano.
Esto provoca alteraciones en los productos del agro, en el agua disponible para riego y en el desplazamiento de enfermedades y plagas a zonas donde antes no existían. Una combinación de factores que pone a prueba a los enólogos, teniendo que lograr bajo condiciones muy fluctuantes, vinos con calidad y sabor uniforme.
La industria del vino es responsable del 0,3% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Una magnitud prácticamente insignificante. Sin embargo, algunas bodegas de punta han convertido la sostenibilidad en uno de los puntos centrales de sus agendas productivas. El cuidado de los recursos agua, suelo y aire son estratégicos y servirán para aportar su grano de arena en la lucha contra el cambio climático, pero también, para que otras empresas de este y otro rubro sigan su ejemplo.
Para conocer las expectativas de esta nueva vendimia, que también trae sus particularidades y complejidades producto de la pandemia, y que puede hacer una bodega por el cuidado de estos recursos, conversamos con Germán Di Cesare, Winemaker en la bodega Trivento. Una entrevista cargada de aromas que vale la pena degustar.