sábado, abril 20, 2024
 

Vino de palma: una tradición en Nigeria que perdura en el tiempo

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Justus Aboyeji, doctor en historia y estudios internacionales en la Universidad de Ilorin, Nigeria, asegura que para las culturas nigerianas, el vino de palma es una herramienta de cohesión social. La bebida se sirve durante visitas y reuniones informales, y tiene usos más formales en coronaciones y festivales.

En la tradición igbo, las relaciones conyugales no se consideran sólidas hasta que el pretendiente le lleva vino de palma al padre de su prometida. Los ancianos bendicen el vino de palma, que luego es disfrutado por la pareja.

Para hacer vino de palma, los recolectores trepan palmeras increíblemente altas, balanceando cuerdas de soporte en su cintura. Una vez en la copa del árbol, insertan un tubo que lleva lentamente la savia a un barril o calabaza que está bien asegurado contra el árbol. Después de aproximadamente medio día, la persona regresa para recolectar la savia.

La savia comienza a fermentar tan pronto como sale del árbol, catalizada por levaduras. Cuanto más tiempo pasa, más fermentado se vuelve y mayor es su contenido de alcohol. Suele servirse a temperatura ambiente en recipientes de barro con formas de calabazas, o directamente desde el barril donde se recolectó la savia de la palmera. Dependiendo de la preferencia y del tiempo de extracción del vino de palma, su graduación alcohólica por volumen oscila entre el 2% y el 15%.

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El vino se extrae de todas las variedades de palmeras: la palma aceitera, la rafia y la palmera datilera. El vino elaborado con aceite de palma y rafia suele ser el más popular. En otras culturas nigerianas como Ijaw y Urhobo, el vino de palma se destila hasta un 40% vol para hacer un licor parecido a la ginebra llamado ogogoro.

El vino de palma ha sobrevivido a la urbanización en Nigeria y todavía sigue conservando sus valores sociales y culturales. Los locales de vino de palma en las zonas rurales se han convertido en bares y centros nocturnos cercados con bambú. La calabaza que se usaban para almacenar y beber el vino, se han reemplazado por copas. Pero el recolector de vino de palma no ha cambiado.

Vino de palma: una tradición en Nigeria que perdura en el tiempo

“Ciertos hogares se llaman ile elemu , literalmente traducido como ‘la casa del recolector de vino de palma’”, dice Justus en una entrevisata para Wine Enthusiast. Cada mañana, los recolectores salen de estas casas con calabazas atadas a sus bicicletas antiguas. Se trepan a las palmeras y cortan la corteza con movimientos limpios y mesurados. Más tarde, elogian a los dioses de la palmera por la recompensa de ese día.

Para Salako Francis, un habitual bebedor de vino de palma, la bebida perdura porque brinda hermandad y amistad, además de un «vínculo con la cultura preexistente».

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Una palmera promedio produce menos de un litro de savia por día. Debido a la deforestación, la cantidad de vino recolectada por la mayoría de los recolectores ha disminuido considerablemente en la última década. Algunos recolectores y vendedores ahora diluyen su vino de palma o lo alteran con azúcares artificiales y levadura.

“No se puede obtener el vino de palma en su forma más pura [a menos que] vaya a lugares rurales, donde incluso existe el riesgo de dilución”, dice Salako.

En la búsqueda de la autenticidad y la exclusividad, algunos de los nigerianos más ricos contratan a un recolector para que toda su producción de vino de palma se la comercialice exclusivamente a ellos.

 
 
 

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