En 1997, el protocolo de Kyoto marcó un punto de inflexión para abordar los desafíos que plantea el cambio climático. Allí, los países industrializados reconocieron que eran los principales responsables de los elevados niveles de concentración de gases de efecto invernadero (GEI), causantes del calentamiento global. En un hecho sin precedentes se comprometieron a estabilizar sus emisiones.
A pesar que su entrada en vigor ocurrió recién en 2005, varios países comenzaron a implementar desde fines de la década del ’90 medidas para descarbonizar el sector de la energía y el transporte, los dos principales emisores de GEI.
Para algunos países de América, este hecho representó una gran oportunidad para el desarrollo de la industria de biocombustibles, fundamentalmente biodiesel y bioetanol, tanto para el abastecimiento interno, como para el mercado exportador. Rápidamente, en estos países, los biocombustibles se convirtieron en el mayor exponente de la bioeconomía, traccionando desarrollos en industrias como la ganadería, la energética o la química verde, entre otras.
Sin embargo, cuestiones como los debates de energía y alimentos, uso de la tierra y las políticas tendientes a impulsar la electromovilidad están alterando el mercado de los biocombustibles.
Para conocer en detalle lo que está sucediendo en los distintos países del continente, convocamos a Agustín Torroba, Especialista Internacional en Biocombustibles y Bioenergías en el Instituto Interamericano para la Cooperación Agrícola (IICA).
Agustín Torroba se desempeñó también como Subsecretario de Biocombustibles en la Secretaría de Energía de la Nación Argentina y es uno de los grandes referentes que tiene el sector en el continente.
En una charla a fondo, hablamos de la situación de las industrias, las tendencias en la movilidad sostenible, las barreras al comercio internacional, las nuevas tecnologías de producción, la fijación de precios, entre otros temas. ¡No te la pierdas!