Investigadores del Instituto Wyss para la Ingeniería Inspirada Biológicamente y de la Escuela John A. Paulson de Ingeniería y Ciencias Aplicadas (SEAS), ambas de Harvard, han dado un importante paso adelante en la ciencia de los materiales biomédicos con el desarrollo de un innovador método de adhesión que promete transformar el campo de la medicina regenerativa y el cuidado quirúrgico.
Este avance se basa en la utilización de hidrogeles, un tipo de material que por su versatilidad y biocompatibilidad está conquistando cada vez más áreas de la biomedicina. Capaces de imitar las características mecánicas y químicas de diversos órganos y tejidos, los hidrogeles pueden integrarse sin causar daño en el cuerpo humano, tanto internamente como en sus superficies externas.
El nuevo método desarrollado por los científicos de Harvard utiliza una película delgada de quitosano, un material fibroso derivado de los esqueletos de crustáceos, para unir de forma instantánea y efectiva capas de hidrogeles mediante una adhesión fuerte y duradera.
El quitosano es un polímero de azúcar que puede obtenerse fácilmente de las conchas de quitina de los crustáceos. Ya utilizado en una amplia gama de aplicaciones comerciales, desde la agricultura hasta la gestión de heridas médicas, el quitosano se destaca ahora por su capacidad para lograr una adhesión rápida y fuerte entre hidrogeles.
A diferencia de los métodos tradicionales que requieren procedimientos complejos o la creación de enlaces químicos covalentes, el quitosano permite una adhesión mediante interacciones electrostáticas y enlaces de hidrógeno, resultando en fuerzas adhesivas significativamente superiores.
Esta innovación aborda una necesidad no satisfecha de larga data en el campo biomédico: la unión rápida y robusta de polímeros de hidrogel, lo que podría habilitar aplicaciones completamente nuevas en medicina regenerativa y cuidados quirúrgicos.
El potencial de esta nueva metodología se ha demostrado en una serie de aplicaciones médicas desafiantes. Entre ellas, la utilización de adhesivos «Tough» modificados con películas de quitosano para crear vendajes autoadheribles capaces de envolver formas cilíndricas, como un dedo lesionado, mejorando así el cuidado de las heridas. Otro ejemplo notable incluye el enfriamiento local de la piel humana subyacente, lo que podría ofrecer tratamientos alternativos para quemaduras en el futuro.
Además, se ha mostrado la capacidad de los hidrogeles modificados con quitosano para envolver tejidos como el intestino, los tendones y los nervios periféricos sin adherirse a estos tejidos, una propiedad que podría ser crucial para prevenir las «adhesiones fibrosas» durante las cirugías, un problema clínico sin soluciones comerciales adecuadas hasta la fecha.
El desarrollo de este nuevo pegamento a base de quitosano no solo representa un avance en la adhesión de hidrogeles y otros materiales poliméricos, sino que también abre un mundo de posibilidades para el diseño de dispositivos biomédicos más eficaces y seguros. Con aplicaciones que van desde el tratamiento de heridas hasta la prevención de adhesiones quirúrgicas indeseadas, esta innovación tiene el potencial de mejorar significativamente el cuidado de los pacientes, ofreciendo soluciones elegantes a problemas urgentes en la medicina regenerativa y quirúrgica. La facilidad de aplicación y la efectividad de este nuevo método auguran una revolución en el cuidado médico, beneficiando a una amplia gama de pacientes en el futuro cercano.