En un avance científico significativo, investigadores de la Universidad de Alberta, en Canadá, han descubierto una vía prometedora para combatir las micotoxinas, las peligrosas toxinas producidas por hongos que contaminan los granos, amenazan la salud humana y animal, y causan estragos en la economía agrícola. El plasma frío, conocido como el cuarto estado de la materia, ha surgido como una herramienta eficaz en la descontaminación de granos y la mejora de la germinación de semillas, según revela un estudio liderado por Ehsan Feizollahi, doctor en ciencia y tecnología de los alimentos.
Las micotoxinas representan una seria preocupación para la industria alimentaria y de nutrición animal, con estimaciones que sugieren que el 25% de los productos agrícolas en todo el mundo están contaminados con estas toxinas. Sin embargo, el descubrimiento de la Universidad de Alberta podría revolucionar el panorama, ofreciendo una solución innovadora para abordar este problema global.
El plasma frío, una versión de baja temperatura de la materia típicamente sobrecalentada que compone las estrellas, ha demostrado su eficacia en la reducción significativa de los niveles de micotoxinas presentes en los granos contaminados, como trigo y cebada. Este avance prometedor abre nuevas posibilidades para la industria alimentaria y de nutrición animal al proporcionar métodos más eficaces y eficientes para procesar granos seguros para el consumo humano y animal.
El profesor M.S. Roopesh, supervisor del trabajo de investigación de Feizollahi, enfatizó el potencial del plasma frío como una tecnología emergente para reducir los riesgos para la seguridad alimentaria. «En última instancia, esto significa que los agricultores podrían aprovechar más de su grano, reduciendo así el desperdicio. Desde el punto de vista de la salud, los humanos y los animales pueden consumir el grano sin riesgo de exposición a las micotoxinas», afirmó Roopesh.
Los resultados de esta investigación no solo tienen implicaciones significativas para la seguridad alimentaria y la salud pública, sino que también podrían tener un impacto positivo en la economía agrícola. Con el apoyo financiero de Resultados de Investigación en Agricultura Orientada, Agricultura e Irrigación de Alberta, la Comisión de Productores de Canola de Alberta y el Consejo de Investigación de Ciencias Naturales e Ingeniería de Canadá, este estudio marca un paso crucial hacia la mitigación de los riesgos asociados con las micotoxinas y el aprovechamiento de nuevas tecnologías para mejorar la calidad y seguridad de nuestros alimentos y piensos.
