Repsol, una de las principales empresas energéticas del mundo, ha marcado un hito trascendental en la lucha contra el cambio climático y la descarbonización del transporte en la Península Ibérica. Luego de una inversión de 250 millones de euros, la compañía ha inaugurado en Cartagena la primera planta de la región dedicada exclusivamente a la producción de combustibles renovables, un paso crucial en su compromiso por promover la sostenibilidad y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Esta planta, que tiene una capacidad de producción de 250.000 toneladas al año, está destinada a la elaboración de diésel renovable y combustibles sostenibles de aviación (SAF), productos que pueden ser utilizados en una amplia gama de vehículos, desde automóviles y camiones hasta aviones y barcos, aprovechando las infraestructuras existentes de repostaje.
Lo más destacado de este proyecto es que los combustibles renovables se producen a partir de residuos orgánicos, como el aceite de cocina usado o residuos agroalimentarios, otorgando una segunda vida a estos materiales y contribuyendo así a una economía más circular y sostenible. Además, esta solución no solo es rápida y eficiente en costos, sino que también ofrece una reducción significativa en las emisiones de CO2.
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Según Juan Abascal, director general de Transformación Industrial y Economía Circular de Repsol, esta iniciativa representa un paso adelante en la estrategia de la compañía hacia la descarbonización: «Con esta primera planta de la Península Ibérica, estamos avanzando hacia un futuro más sostenible, respaldados por un proyecto tecnológico de vanguardia».
Para garantizar el suministro de materias primas con baja intensidad de carbono, esenciales para la producción de combustibles renovables, Repsol ha establecido una alianza estratégica con Bunge, adquiriendo el 40% de tres instalaciones industriales operadas por esta compañía en Bilbao, Barcelona y Cartagena. Estas instalaciones, cercanas a los complejos industriales de Repsol, proporcionarán acceso a una amplia cartera de materias primas sostenibles.
Además de sus esfuerzos en el sector del transporte por carretera, Repsol ha establecido colaboraciones con empresas líderes en el transporte de pasajeros y navieras para impulsar el uso de combustibles sostenibles de aviación. La compañía también está expandiendo la disponibilidad de combustibles renovables en sus estaciones de servicio, con planes de llegar a 600 ubicaciones para fines de este año y a 1.900 para 2027.
El compromiso de Repsol con la descarbonización va más allá de la planta de Cartagena. Se espera que en 2025 entre en funcionamiento una segunda planta en Puertollano, y se planea la creación de un tercer centro industrial en España antes de 2030. Además, la compañía está explorando la producción de combustibles sintéticos a partir de hidrógeno renovable y CO2 capturado de la atmósfera.
Con estas iniciativas, Repsol se posiciona como líder en la producción de combustibles renovables en la Península Ibérica, contribuyendo no solo a la lucha contra el cambio climático, sino también al desarrollo económico y la creación de empleo en la región. Con un plan estratégico que contempla inversiones significativas en proyectos bajos en carbono, Repsol está demostrando su compromiso con un futuro más sostenible y resiliente.
Repsol ha dado un paso significativo hacia un futuro más sostenible con la puesta en marcha de la planta de combustibles renovables en Cartagena, estableciendo un nuevo estándar en la producción y distribución de energía limpia en la región.