En los últimos años, la producción de diésel renovable en Estados Unidos ha experimentado un cambio drástico, comparable al crecimiento que tuvieron el bioetanol y el biodiesel en las últimas dos décadas. Este fenómeno, impulsado por políticas federales y estatales destinadas a reducir las emisiones, está provocando importantes cambios en los mercados internos y en el comercio de insumos a nivel internacional, según un reciente comunicado del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA).
Transformación impulsada por políticas ambientales
La producción y la capacidad instalada de diésel renovable en Estados Unidos está en auge, motivada principalmente por políticas que buscan mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero. El diésel renovable es un biocombustible que se produce con las mismas materias primas que el biodiesel, aceites vegetales, grasas animales y aceite de cocina usado (UCO). Sin embargo, su diferencia clave radica en su proceso de producción: el diésel renovable se obtiene mediante un tratamiento con hidrógeno que lo hace químicamente equivalente al diésel de petróleo. Esta característica lo hace muy atractivo para las compañías refinadoras de petróleo ya que permite que se pueda producir en las instalaciones existentes con modificaciones menores, como también transportarlo utilizando las infraestructuras existentes de oleoductos.
Impacto en el comercio de insumos
El crecimiento de la producción de diésel renovable ha llevado a Estados Unidos a incrementar rápidamente las importaciones de grasas animales y aceites vegetales. Estos insumos son utilizados como materias primas para la producción de diésel renovable y para compensar la demanda de otros insumos, como el aceite de soja, que han sido redirigidos hacia la producción de diésel renovable.
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Internamente, la molienda de soja en Estados Unidos ha aumentado para producir más aceite, impulsada por los altos precios del aceite de soja que favorecen los márgenes de molienda. A pesar del aumento de la demanda interna, las exportaciones de soja estadounidense han disminuido debido al incremento de los suministros brasileños y a la desaceleración en el crecimiento de la demanda global de importaciones.
Consecuencias para las exportaciones de aceite y harina de soja
Los altos precios del aceite de soja en Estados Unidos, que se situaron muy por encima de los precios globales de aceites vegetales, resultaron en una caída de las exportaciones y en que Estados Unidos se convirtiera en importador neto de aceite de soja por primera vez en 2023.
Al mismo tiempo, el aumento en la molienda de soja está generando un excedente de harina de soja, que, combinado con la sequía en Argentina –el mayor exportador mundial de harina de soja y el principal producto de exportación del país sudamericano–, ha incrementado las exportaciones estadounidenses de este coproducto, con un potencial de crecimiento continuo.
Perspectivas futuras y factores determinantes
A pesar de las incertidumbres que podrían afectar los mercados de biocombustibles, grasas animales y oleaginosas en Estados Unidos, se anticipa que la producción de diésel renovable continuará creciendo y alterando los mercados de insumos. No obstante, la tasa de crecimiento de la producción dependerá en gran medida de las políticas federales y estatales, la disponibilidad de insumos y la continuidad en el aumento de las exportaciones de harina de soja.
Si la cosecha de soja en Argentina se recupera en la próxima campaña, se espera una mayor oferta en el mercado global, lo cual impactará directamente en los precios. Una mayor disponibilidad de soja podría llevar a una disminución en los precios de la harina de soja, afectando tanto a los productores como a los exportadores estadounidenses y sudamericanos. Este factor añade una capa adicional de incertidumbre y destaca la necesidad de estrategias flexibles y adaptativas en la gestión de los mercados de insumos y biocombustibles.
Este contexto resalta cómo la evolución del sector de biocombustibles en Estados Unidos no solo está transformando su mercado interno, sino también el panorama global de los insumos y exportaciones agrícolas. El diésel renovable, por su capacidad de integrar infraestructuras existentes y su alineación con objetivos ambientales, se posiciona como un componente clave en la transición energética y en la reconfiguración de los mercados agrícolas.