¿Qué sucede cuando la innovación, la sostenibilidad y la colaboración se encuentran en una misma sala? En Andalucía, la respuesta tiene forma de clúster: una estructura que promete revolucionar el modo en que se entiende y se produce la agroindustria. El pasado 10 de junio, la Junta de Andalucía presentó oficialmente el Clúster Andaluz de Bioeconomía Circular en la cadena de valor agroalimentaria, una iniciativa que marca un punto de inflexión para el sur español y, posiblemente, para Europa.
En palabras del consejero de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural, Ramón Fernández-Pacheco, este clúster “no es un punto de llegada, sino un punto de partida”. Y vaya punto: un espacio de cooperación institucional, científica y empresarial, con la misión de convertir residuos en recursos, conocimiento en valor añadido, y desafíos en oportunidades.
El clúster de bioeconomía circular de Andalucía: un ecosistema colaborativo con 14 protagonistas
El clúster, presidido por el Grupo La Caña, se constituye como una asociación sin fines de lucro en la que convergen 14 entidades clave: empresas del calibre de Fertiberia, COVAP, Dcoop u Oleícola El Tejar; centros tecnológicos como Corporación Tecnológica de Andalucía y Trichodex; además de representantes del sistema público como las Consejerías de Agricultura y de Sostenibilidad y Medio Ambiente.
Se trata de un entramado diverso y complementario, diseñado para potenciar la economía circular en cada eslabón del sector agroalimentario: desde la producción primaria hasta la valorización de subproductos y la generación de conocimiento aplicado.
Una hoja de ruta hacia la innovación y la sostenibilidad
El clúster no ha nacido al azar. Es la primera medida concreta del Plan de Acción para la bioeconomía circular 2025–2030, recientemente aprobado por la Junta. Su objetivo es claro: desarrollar proyectos de I+D+i, acceder a financiación nacional y europea, e impulsar tecnologías que aprovechen subproductos agrícolas y ganaderos.
Además, funcionará como interlocutor privilegiado ante programas europeos, ferias del sector y convocatorias de innovación, lo que le otorga un rol estratégico en la internacionalización de la bioeconomía andaluza.
Gobernanza inteligente para una transición real
Uno de los aspectos más destacados del nuevo clúster es su enfoque de gobernanza colaborativa, que garantiza representación de todos los actores en un Comité Ejecutivo plural. Esta estructura ágil y horizontal busca facilitar la toma de decisiones, promover proyectos integradores y asegurar el cumplimiento de los objetivos del plan de acción.
El recientemente designado presidente del clúster, Jesús García Puertas (CEO de Grupo La Caña), expresó con entusiasmo: “Estamos ante una herramienta muy útil para solventar los retos futuros del sector”. Su visión no se limita a la agricultura del presente, sino que mira hacia una transformación estructural del sistema productivo regional.
Una política, un subproducto y una transformación inesperada: esto es la bioeconomía
Un modelo para replicar
Andalucía se posiciona así como una de las primeras regiones europeas en contar con un clúster específicamente diseñado para aplicar los principios de la bioeconomía circular a su agroindustria. Un paso que no solo refleja ambición política, sino también una lectura acertada de los desafíos del siglo XXI: cambio climático, seguridad alimentaria, eficiencia de recursos y sostenibilidad económica.
La experiencia andaluza podría marcar el camino para otras regiones que buscan integrar ciencia, empresa y política pública en pos de un modelo más resiliente y regenerativo. Porque, como dice Fernández-Pacheco, “creemos en él, y creemos que puede ser un verdadero motor de desarrollo sostenible para nuestra tierra”.


