Mastellone Hermanos, una de las empresas más emblemáticas del sector alimentario argentino, volvió a posicionarse como la principal compradora de leche cruda del país, de acuerdo con el último informe del Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA) correspondiente al período 2024/2025.
La compañía, fundada hace 95 años y reconocida por su histórica marca La Serenísima, encabeza el ranking nacional con un volumen total de 3.650.000 litros de leche adquiridos por día, cifra que contempla tanto su propia operación como la correspondiente al acuerdo de joint venture con Danone, vigente desde mediados de la década del 90 para la elaboración de yogures.
El segundo lugar del ranking lo ocupa Saputo, de origen canadiense, con 3.535.006 litros diarios, seguida por Savencia Argentina, filial del grupo francés Savencia Fromage & Dairy, con 1.528.943 litros.
Con una fuerte orientación al mercado interno desde sus orígenes, Mastellone Hnos. ha sostenido una estrategia centrada en las necesidades de los consumidores argentinos, destinando al mercado externo únicamente el excedente productivo. Esta política le ha permitido consolidar su posicionamiento como referente de calidad y confianza en el país, al tiempo que avanza en una renovada proyección internacional.
El regreso triunfal del verdulero itinerante… en versión 5.0
En los últimos años, la compañía ha dado un giro estratégico que articula su desarrollo comercial con iniciativas de sostenibilidad, apuntando a mantener su liderazgo en un contexto global que exige mayor responsabilidad ambiental y social. En ese marco, Mastellone Hnos. se convirtió en la principal exportadora de leche en polvo de Argentina y comenzó a expandir su presencia en los mercados regionales con productos bajo la marca La Serenísima.
Este enfoque —que combina innovación, sustentabilidad y fidelidad al consumidor local— se perfila como uno de los pilares para sostener el posicionamiento de la empresa frente a los desafíos del nuevo escenario agroalimentario, donde los atributos de trazabilidad, eficiencia productiva y compromiso ambiental ganan terreno entre las preferencias del consumidor global.


