En un aula de Carolina del Norte, un grupo de estudiantes manipula cuidadosamente tubos de ensayo, observa el comportamiento de enzimas y analiza procesos de fermentación. No están en una universidad de elite ni en un laboratorio de ciencia ficción. Están en una clase del programa BioWork, una iniciativa comunitaria que transforma el interés por la biotecnología en una carrera concreta. Detrás de ese paso silencioso pero decisivo hacia el futuro, hay una compañía que entendió algo esencial: la bioeconomía no se construye solo con avances científicos, sino con personas capaces de llevarlos al mundo real. Esa compañía es Novonesis.
La escena parece menor, pero representa un cambio profundo. La bioindustria estadounidense ya mueve más de un trillón (Un billón en nomenclatura anglosajona) de dólares al año, y se proyectan 3,8 millones de nuevos empleos en manufactura para la próxima década. Sin embargo, muchos de esos puestos —sobre todo en biomanufactura— no pueden ser cubiertos con los perfiles tradicionales. Se necesita una fuerza laboral nueva: técnica, interdisciplinaria, inquieta, preparada. Y, sobre todo, formada.
Más allá del laboratorio: una manufactura que no se parece a lo que imaginábamos
Cuando se piensa en “manufactura”, la imagen que suele aparecer es la de fábricas ruidosas, repetitivas y analógicas. Pero la manufactura del siglo XXI —y especialmente la biomanufactura— opera en otro registro. Es un espacio donde la biología se cruza con la inteligencia artificial, donde los microorganismos diseñados reemplazan procesos contaminantes, y donde cada innovación busca reducir emisiones, mejorar la seguridad de los productos y construir un futuro más sustentable.
Esta transformación no solo involucra a científicos de laboratorio. Incluye operadores que manejan biorreactores, técnicos que monitorean fermentaciones, ingenieros que automatizan líneas de producción, especialistas en datos que modelan rendimientos, y también profesionales de ventas, logística y comunicación que hacen posible que las soluciones lleguen al mercado. Es un ecosistema diverso, donde cada rol es parte de un engranaje más amplio.
Y para que ese engranaje funcione, se necesita algo más que tecnología: se necesita talento humano capacitado. Novonesis lo entendió antes que muchos.
(Bio) Manufacturing Day: abrir las puertas, cambiar la mirada
Cada año, en Estados Unidos, se celebra el Manufacturing Day, un evento nacional que invita a estudiantes de todo el país a descubrir qué significa hoy trabajar en manufactura. En ese marco, Novonesis abre las puertas de sus plantas. Los visitantes no solo recorren instalaciones de última generación: presencian cómo la biología se convierte en industria, y cómo la innovación puede tomar la forma de enzimas que optimizan procesos, de productos más limpios o de soluciones energéticas renovables.
“Estas experiencias pueden cambiar vidas”, afirma Tue Micheelsen, presidente de Novonesis Norteamérica. “Cuando los estudiantes entran en nuestras plantas, descubren que la manufactura actual es innovación, sostenibilidad y propósito. Les abre los ojos a posibilidades que ni sabían que existían”.
Para muchos, es la primera vez que ven una fábrica sin humo, sin ruido metálico, sin líneas de montaje tradicionales. Ven algo distinto: un entorno digitalizado, limpio, preciso. Ven ciencia aplicada al mundo real. Y, sobre todo, se ven a sí mismos como parte de eso.
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BioWork: de la curiosidad al trabajo
Pero mostrar el horizonte no alcanza. Hay que tender un puente hasta él.
Hace más de veinte años, Novonesis participó en la creación de BioWork, un programa certificado que se dicta en los community colleges de Carolina del Norte. Está abierto a cualquier persona interesada en ingresar al mundo de la biotecnología o la biomanufactura, incluso sin experiencia previa.
El curso brinda formación práctica en áreas clave como seguridad de laboratorio, procesos de producción bioindustrial, buenas prácticas de manufactura (GMP) y gestión documental. Su objetivo es claro: que los egresados puedan desempeñarse en roles iniciales dentro de empresas del sector, con una base técnica sólida y una comprensión real de cómo funciona la industria.
Novonesis no solo apoyó el diseño del programa. Hoy lo sigue acompañando activamente, mediante el otorgamiento de becas y la vinculación directa con egresados. Quince estudiantes ya fueron becados por la empresa, y varios de ellos se integraron a su equipo, aportando nuevas miradas y energía.
Pasantías con sentido: aprender haciendo, aportar desde el inicio
Para quienes ya están en una carrera técnica o universitaria, Novonesis ofrece pasantías inmersivas que permiten trabajar en proyectos reales, junto a científicos, ingenieros y técnicos de campo. Lejos de ser una experiencia superficial, estas pasantías permiten entender cómo opera una empresa de biotecnología desde adentro, cómo se conectan los distintos departamentos, y cómo cada decisión técnica impacta en el resultado final.
Estas experiencias cumplen una función decisiva: conectan el aula con el ecosistema productivo, y permiten que los futuros profesionales vean, toquen y comprendan lo que significa innovar desde la biología.
La biomanufactura no espera: una industria que ya cambió
La manufactura bio-basada ya no es una promesa, es una realidad. Y su evolución exige perfiles que no existían hace una generación: técnicos en automatización, ingenieros de datos biológicos, especialistas en robótica industrial, profesionales con habilidades mixtas en biología, software y operaciones. Pero también requiere una actitud distinta: adaptabilidad, formación continua, pensamiento crítico.
El futuro de la biomanufactura es bio-digital. Las herramientas tradicionales ya no alcanzan. Se necesitan personas capaces de leer datos en tiempo real, interactuar con sistemas inteligentes y diseñar procesos que respondan dinámicamente a condiciones cambiantes.
En palabras de Mike Hess, Senior Manager de Estrategia Técnica Regional en Novonesis, la clave no está solo en los avances tecnológicos, sino en la diversidad de talentos capaces de sostenerlos: “La innovación en manufactura se trata tanto de personas como de tecnología. Necesitamos una diversidad de habilidades que trabajen juntas para estar a la altura de los desafíos cambiantes.”
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Formación, colaboración y visión compartida
Nada de esto puede lograrse en soledad. Novonesis lo sabe, y por eso trabaja en conjunto con universidades, programas técnicos y comunidades educativas para que los planes de estudio reflejen las realidades del mundo productivo. La meta no es solo formar trabajadores, sino formar profesionales capaces de liderar una industria en constante transformación.
Mads Smith, Director de Transformación Digital e I+D Aplicada, lo resume con una idea que sintetiza visión y urgencia: “Capacitar a la próxima generación para trabajar con estos sistemas no es solo responder a las necesidades actuales. Es preparar el terreno para lo que viene.”
Una nueva generación para una nueva economía
Cada estudiante que descubre el potencial de la biotecnología, cada becario que ingresa a una planta, cada técnico que comprende cómo una enzima puede cambiar un proceso industrial, es parte de una transformación más amplia. Una transformación donde la bioeconomía deja de ser una palabra de moda y se convierte en una estrategia concreta de desarrollo.
Porque la verdadera potencia de la biomanufactura no está solo en los productos que genera. Está en las personas que empodera para crearlos.
Y ese es el legado que Novonesis está construyendo: una nueva generación, lista para transformar el mundo desde la bioindustria.


