En el corazón de Tucumán, una provincia históricamente asociada al azúcar y los cítricos, germina silenciosamente una innovación que promete redefinir la agricultura del futuro. Con la sutileza de lo microscópico y la potencia de lo visionario, la startup Qumir nano acaba de alzarse con el máximo galardón de los eAwards Argentina 2025, el certamen nacional que celebra el emprendimiento tecnológico con impacto social, organizado por NTT DATA FOUNDATION.
El anuncio, realizado en una jornada colmada de talento y proyectos disruptivos, colocó a Qumir nano en el centro de la escena. Además del reconocimiento como la mejor startup del año, el equipo recibió un premio de 10.000 dólares, acceso a un programa internacional de aceleración y la oportunidad de representar a Argentina en la final global de los prestigiosos Global eAwards.
Una tecnología diminuta con impacto colosal
Lo que distingue a Qumir nano no es solo su origen en una región alejada de los grandes polos tecnológicos del país, sino la audacia de su propuesta: desarrollar bionanoinsumos de quinta generación capaces de sustituir a los agroquímicos tradicionales, manteniendo –e incluso superando– su eficacia, pero sin dañar el ambiente ni comprometer la salud del suelo.
Franco Ciaffone, cofundador y CEO de la startup, lo resume así: “Qumir nano nació de la necesidad de transformar la agricultura, fusionando la efectividad que los productores requieren con la sostenibilidad que nuestro planeta necesita”. Su visión no es una simple declaración de intenciones: su tecnología ya está generando atención en el ecosistema agrobiotecnológico por la forma en que combina nanotecnología, biología y química verde para crear insumos que protegen cultivos, aumentan rendimientos y regeneran suelos degradados.
¿Qué son los bionanoinsumos de quinta generación?
En un escenario donde la agricultura convencional enfrenta una crisis estructural –marcada por la resistencia creciente a pesticidas, el agotamiento de los suelos y el impacto de los químicos sobre la biodiversidad–, los bionanoinsumos aparecen como una de las alternativas más prometedoras.
A diferencia de los bioinsumos clásicos, estos desarrollos incorporan principios de la nanotecnología para mejorar la entrega, estabilidad y eficacia de los componentes activos, a escalas que permiten una acción más específica y menos invasiva. Los de “quinta generación”, como los desarrollados por Qumir nano, dan un paso más: utilizan estructuras inteligentes capaces de liberar los activos sólo cuando y donde el cultivo lo necesita, minimizando pérdidas, residuos y efectos colaterales.
Esta combinación de inteligencia molecular y enfoque regenerativo no solo reduce la dependencia de pesticidas sintéticos, sino que propone una nueva lógica productiva: intervenir menos, pero con mayor precisión, y restaurar en vez de agotar.
Le faltan las patitas… pero tiene la fórmula del biocombustible del futuro
Un premio entre gigantes
La competencia no fue menor. Entre los finalistas se encontraban Amnios Biotech, con un hidrogel regenerativo para pacientes cardíacos; GAMEET, con un dispositivo miniaturizado para fertilización in vitro; Lufindo, una app de educación financiera gamificada con IA; y Patagonian Rainbow Skin, que desarrolla apósitos biotecnológicos a partir de piel de trucha arcoíris reciclada.
“Cada año, el nivel de los proyectos que se presentan a los eAwards nos sorprende y enorgullece. La edición 2025 no fue la excepción; la decisión fue increíblemente difícil”, expresó Pablo Pereira, CEO de NTT DATA Argentina, al cierre del evento. Su declaración fue respaldada por un jurado compuesto por referentes de primer nivel del sector tecnológico, científico y empresarial, provenientes de empresas como YPF, Swiss Medical, Banco Galicia, Telecom, BBVA y la UCA.
De Tucumán al mundo
El premio no solo reconoce una tecnología innovadora, sino también una mirada integral sobre el futuro del agro. Qumir nano representa una nueva generación de emprendimientos científicos argentinos que no se conforman con mitigar los problemas, sino que buscan transformar de raíz los paradigmas productivos.
Su próximo desafío será internacional: competir en la final global de los eAwards, donde se medirán con startups de más de 20 países. Pero incluso si no ganaran ese certamen, ya han logrado algo esencial: demostrar que desde los márgenes del mapa también se puede reescribir el futuro de la agricultura global.
“Este premio nos motiva a seguir desarrollando nuestra tecnología y a trabajar por una agricultura más eficiente y responsable”, concluyó Ciaffone. Y en un mundo que busca urgentemente cómo alimentar sin destruir, esa promesa vale más que cualquier trofeo.


