La vitivinicultura entrerriana alcanzó el cuarto lugar en el país en producción con 4.900
hectáreas -según el Censo Nacional de Viñas de 1907. Pero, en 1930, el entonces presidente de la Nación, Agustín Justo, prohibió producir vino fuera de la zona de Cuyo.
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Como consecuencia, cerraron alrededor de 60 bodegas entrerrianas, que cultivaban -según el INTA en 1890- más cepas que en las provincias de Mendoza y San Juan.
Casi 70 años después, en 1998, entró en vigencia una nueva legislación que derogó la
prohibición y en 2016 Entre Ríos consiguió destinar 45 hectáreas con una producción anual de 200.000 botellas.
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Productores y bodegueros entrerrianos luchan para que este sector productivo resurja con aquel esplendor, en tierras consideradas aptas para viñedos, ya que se encuentran entre 20 y 30 metros sobre el nivel del mar, comparables con la ciudad francesa de Burdeos.
Artículo publicado en Télam.