La transición hacia una economía baja en carbono avanza a paso firme en sectores cada vez más estratégicos. Esta vez, las noticias llegan desde el Puerto de Long Beach, en California, uno de los centros logísticos más importantes de los Estados Unidos y puerta de entrada del comercio transpacífico. Allí, la compañía Metro Ports, especializada en operaciones portuarias, anunció una reducción del 85% en sus emisiones operativas directas tras reemplazar el diésel convencional por diésel renovable R99, un biocombustible elaborado a partir de aceites usados de cocina y residuos agrícolas.
El anuncio se apoya en datos contundentes: en tan solo un año, las emisiones de carbono del alcance 1 (aquellas generadas directamente por las operaciones) cayeron de 774 toneladas métricas en 2023 a apenas 118 en 2024, a pesar de que el consumo total de combustible creció un 3% en ese mismo período. Esto demuestra que el crecimiento económico y la responsabilidad ambiental no solo pueden coexistir, sino potenciarse mutuamente.
Renovables que no comprometen eficiencia
El diésel renovable R99 se distingue de los biocombustibles tradicionales por ser químicamente similar al diésel fósil, lo que le permite utilizarse en los mismos motores sin necesidad de modificaciones. A diferencia del biodiésel convencional, que suele mezclarse en bajas proporciones, el R99 puede utilizarse puro, ofreciendo una solución inmediata y de gran impacto para la descarbonización del transporte pesado.
“Este logro refleja nuestro compromiso con la sostenibilidad sin comprometer la eficiencia operativa”, expresó Lee Swietlikowski, presidente de Metro Ports. “La reducción de emisiones es un resultado directo de una decisión empresarial que prioriza el futuro del planeta y la salud de las comunidades”.
Precisión, transparencia y verificación
Para asegurar la confiabilidad de los resultados, Metro Ports rediseñó por completo su sistema de monitoreo de emisiones. Entre las mejoras implementadas se destacan:
- Cálculo de emisiones basado en el uso real de combustible, en lugar de estimaciones.
- Verificación cruzada con facturación de proveedores de energía.
- Cálculos actualizados para reflejar adecuadamente el impacto del R99.
- Análisis específico por sitio dentro del Puerto de Long Beach.
Esta rigurosidad en la medición permitió validar el enorme beneficio ambiental alcanzado y reforzar la transparencia del proceso.
Un modelo que puede replicarse
El impacto ambiental de este cambio va más allá de los números. Según explicó Mario Cordero, Director Ejecutivo del Puerto de Long Beach, “la decisión de Metro Ports de migrar voluntariamente al uso de diésel renovable es un paso fundamental hacia una logística más limpia. Este tipo de iniciativas demuestran cómo el liderazgo empresarial puede ir de la mano con los objetivos ambientales del puerto”.
Cabe recordar que el Puerto de Long Beach, junto con su par de Los Ángeles, representa uno de los mayores complejos portuarios del mundo y es responsable por una parte significativa del comercio exterior de Estados Unidos. Lo que allí se implementa tiene el potencial de inspirar políticas y transformaciones en puertos de todo el planeta.
Más allá del carbono: el valor oculto en la salud pública
Si bien los beneficios en términos de reducción de emisiones de carbono son evidentes, existe otro aspecto menos visible —aunque igual de relevante— asociado al uso de biocombustibles: su impacto positivo en la salud pública.
Un estudio realizado hace algunos años por la firma Trinity Consultants, especializada en modelado de calidad del aire y evaluación de riesgos sanitarios, reveló cifras impresionantes. Según el informe, reemplazar el diésel fósil por biodiésel en las comunidades aledañas a los puertos de Los Ángeles y Long Beach podría evitar:
- 17.000 emergencias respiratorias al año
- Una reducción del 86% en el riesgo de cáncer asociado a emisiones portuarias
- Un ahorro estimado en el sistema de salud de U$S 1.690 millones anuales, gracias a la disminución de enfermedades respiratorias y pérdidas de productividad por ausentismo laboral
Estos datos, aunque referidos al biodiésel en general, permiten vislumbrar el enorme potencial que tienen los combustibles renovables —como el R99— para mejorar la calidad de vida de millones de personas, especialmente en zonas urbanas densamente pobladas o expuestas a altos niveles de tráfico pesado.
Un horizonte posible para América Latina
Mientras América Latina avanza lentamente en la adopción de políticas de transición energética, ejemplos como el del Puerto de Long Beach sirven como faro para gobiernos, empresas y comunidades. La evidencia muestra que el reemplazo del diésel fósil por alternativas renovables no solo reduce la huella de carbono, sino que genera beneficios colaterales en salud pública, competitividad y resiliencia económica.
En un contexto global en el que la logística y el transporte se perfilan como sectores críticos en la carrera por la descarbonización, iniciativas como la de Metro Ports confirman que los biocombustibles no son una solución de transición, sino una herramienta concreta, disponible y de alto impacto para construir un futuro más sostenible.