El empresario sueco Tomas Andersson dijo, durante su visita a Montevideo, que cree que Uruguay, por su modernidad, es el país adecuado para implantar el sistema de transformación de residuos en biogás en la región de América Latina.
“Hoy el problema del medioambiente es un problema político en todos los países del mundo. Uruguay es un país muy moderno y liberal, por lo que pienso que sería un buen país para empezar”, sostuvo el director de Electrocity, organismo que implantó este sistema en la comuna Hammarby Sjöstad (un barrio de Estocolmo, Suecia).
En este sentido, el experto declaró que este mecanismo que convierte el 88 % de los residuos (como deshechos orgánicos o periódicos) en energía es más fácil de implantar en países pequeños, ya que en estos territorios el poder político está más cerca de la gente.
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Además, señaló que para crear estos proyectos también tienen que participar los sectores privados.
“Es bueno para el Gobierno, pero también se gana dinero. Eso lo entiende todo el mundo”, anotó Andersson, que detalló que en este momento Suecia recibe dinero del Reino Unido tanto por deshacerse de su basura como por venderles energía -la cual es producida mediante el reciclado de sus propios deshechos.
Otro sector que el especialista considera clave es la educación y explicó que en Suecia los niños empiezan a aprender sobre la importancia del reciclaje en la guardería.
Andersson se desplazó a la capital uruguaya para participar en el taller “Barrios sustentables: el modelo sueco”, actividad que tiene lugar en el marco de una visita de una delegación sueca al país suramericano.
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Por su parte, el director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP), Álvaro García, relató que le “gustaría mucho” que este sistema se implementase en su país.
“Creo que es hacia donde va el mundo. El tema es que hay que ir construyendo el ecosistema, hay que ir avanzando en conjunto porque quizás esto pueda ser una punta de lanza para llevar adelante y para incentivar a generar las otras partes de la economía circular”, concluyó.
