lunes, febrero 17, 2025
 

El bioasfalto llegó a las rutas de la provincia de Córdoba

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La provincia de Córdoba (Argentina) ha picado en punta en la implementación de bioasfalto, un compuesto que combina biocombustibles y tecnologías innovadoras para ofrecer una alternativa más ecológica al asfalto tradicional. Este avance, que ya se aplica en diversas obras viales de pequeña y mediana escala, busca revolucionar el sector con menores emisiones de carbono y una mayor simplicidad en su uso.

Un desarrollo innovador

El bioasfalto utilizado en las rutas de Córdoba, que contiene biodiesel, es una mezcla asfáltica que conserva características similares al asfalto convencional, con la diferencia crucial de que reemplaza derivados del petróleo con el biocombustible. Esta innovación no solo reduce la huella de carbono, sino que también simplifica el proceso de aplicación, ya que se puede trabajar en frío, requiriendo menos maquinaria y recursos.

Afema, una empresa cordobesa con trayectoria en obra pública, ha liderado este desarrollo en la región. Desde su sede en Villa Retiro, produce el bioasfalto a partir de un polímero importado de EE.UU., mediante una licencia adquirida de la empresa estadounidense EZ Street. Este compuesto, conocido como BioAsfalto 27 o AB27, se destaca por reemplazar un 27% del contenido de asfalto tradicional, lo que reduce proporcionalmente las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).

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El impacto del bioasfalto en la obra pública

La capacidad de implementación del bioasfalto ya ha sido probada en Córdoba, donde el producto ha sido utilizado en trabajos de bacheo y reparación de carpetas asfálticas con buenos resultados. Municipalidades como la de Córdoba han comenzado a emplear esta tecnología, adquiriendo hasta 20 mil toneladas de bioasfalto para sus obras viales. Afema, además, ha expandido su mercado exportando a países vecinos como Uruguay, Bolivia y Paraguay.

Mariano Santillán, de la Unidad Ejecutora de Biocombustibles y Bioenergías del Ministerio de Infraestructura y Servicios Públicos de Córdoba, destaca la utilidad del bioasfalto en áreas urbanas, donde el uso de grandes maquinarias y plantas de producción de asfalto en caliente puede generar complicaciones logísticas y ambientales. El bioasfalto, al requerir menor despliegue de maquinaria y no necesitar ser calentado para su aplicación, es una solución más viable para obras en zonas pobladas, minimizando el impacto en el entorno.

Un futuro prometedor: alianzas estratégicas y pruebas en ruta

El Ministerio de Infraestructura, Afema y la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la UNC han formado una alianza estratégica para analizar y homologar el bioasfalto en obras de mayor envergadura. Como parte de este esfuerzo, se ha aplicado una carpeta de bioasfalto en un tramo de la ruta E57, en Mendiolaza, donde se alternaron 600 metros de bioasfalto con 300 metros de asfalto tradicional. Durante un año, los investigadores de la UNC realizarán estudios de laboratorio y campo para evaluar el rendimiento de ambos materiales.

Lucas Crespi, responsable del Laboratorio de Estructuras de la FCEFyN, detalló que este es un proyecto multidisciplinario que involucra aspectos ambientales, químicos y estructurales. Las expectativas son altas, ya que aunque el bioasfalto ha demostrado buenos resultados en bacheo, su aplicación como carpeta de desgaste en pavimentos es novedosa. «El desafío es grande, pero esperamos que el bioasfalto se desempeñe tan bien como en las pruebas previas», comentó Crespi.

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Bioasfalto y reducción de emisiones

Una de las principales ventajas del bioasfalto es su contribución a la sustentabilidad. Al estar elaborado con biodiesel, el compuesto reduce significativamente la emisión de GEI en comparación con el asfalto tradicional, elaborado a partir de petróleo. Según las primeras estimaciones, el uso del polímero y B100 disminuye un 27% del contenido de asfalto, lo que se traduce en una reducción proporcional de la huella de carbono.

Además, el proceso de producción del bioasfalto en frío evita la liberación de vapores tóxicos que suelen producirse durante la elaboración del asfalto en caliente. Esto no solo contribuye a la salud de los trabajadores involucrados en la obra, sino también al medio ambiente.

Apoyo gubernamental y expansión del sector

El avance del bioasfalto en Córdoba ha sido posible en gran medida gracias al apoyo del gobierno provincial. Afema inauguró en 2024 una mini planta de biodiesel con una capacidad de producción de 6.000 litros diarios, financiada a través de una línea de créditos subsidiados otorgados por la Provincia para fomentar la transición energética. Parte de este biodiesel se utiliza en la producción de bioasfalto, así como en la maquinaria vial y los vehículos de la empresa.

Daniel de la Rubia, jefe de laboratorio de Afema, destacó el papel fundamental que las políticas provinciales de fomento a los biocombustibles han tenido en el desarrollo del bioasfalto. «Las políticas de incentivos impositivos y financiamiento han sido clave para avanzar en este proyecto», subrayó.

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La legislación cordobesa respalda este tipo de iniciativas con la Ley provincial 10.721, que promueve el uso de biocombustibles en la obra pública, otorgando estímulos fiscales a las empresas que participen en licitaciones. Además, la ley tributaria aprobada en 2023 establece una exención del 0% de Ingresos Brutos para la comercialización de biocombustibles, junto con otros beneficios fiscales.

Córdoba, pionera en el uso de materiales sustentables

El uso de bioasfalto coloca a Córdoba como un referente en innovación vial en la región. A medida que avanza la homologación y adopción de esta tecnología en obras viales de mayor escala, la provincia podría convertirse en un modelo para la infraestructura sustentable en Argentina y América Latina.

Con los ensayos en marcha y la colaboración entre el sector público, privado y académico, el bioasfalto promete consolidarse como una solución eficiente y amigable con el ambiente para las obras viales del futuro.

 
 
 

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