Una estación de servicio en Urbandale, Iowa, se transformó desde fines de mayo en un símbolo del nuevo mapa energético del transporte pesado en Estados Unidos. Allí, camiones de PepsiCo comenzaron a abastecerse con biodiésel B99 —una mezcla compuesta en un 99 % por biodiésel— mediante el primer surtidor de este tipo, especialmente diseñado para flotas pesadas.
Ubicada junto a la interestatal 35 y a pocos minutos de una planta de la compañía, la estación Pilot conecta de forma directa agricultura, energía y logística: la soja cultivada en los campos del Midwest hoy impulsa los camiones que transportan snacks y bebidas por toda la región.
“Cada vez que veo una inversión en infraestructura como esta, sé que se traduce en más demanda para lo que producimos. Es valor agregado en cada eslabón de la cadena”, celebró Mike Naig, secretario de Agricultura de Iowa.
La estación de Urbandale es la segunda en Estados Unidos en ofrecer biodiésel B99 —tras una instalación previa en Illinois— pero la primera equipada con un surtidor externo, que permite una carga más rápida y eficiente para unidades de gran porte. Se prevé una tercera apertura en Texas durante el verano boreal.
Una apuesta concreta por biodiésel B99
PepsiCo, una de las principales multinacionales de alimentos y bebidas del mundo, ya adaptó una veintena de camiones para operar con B99 y tiene planes para ampliar su uso en la flota regional. “Esta estación representa una solución real y escalable para la logística de larga distancia”, destacó Sarah Towles, directora de asuntos gubernamentales de la compañía.
El proyecto fue desarrollado junto a Optimus Technologies, que equipó los camiones con un sistema denominado vector system, diseñado para evitar que el biodiésel se solidifique en temperaturas bajas. La solución permite operar con mezclas concentradas incluso en climas extremos como los de Iowa, donde en invierno las temperaturas pueden descender hasta –28 °C o incluso más.
“Estamos construyendo un ecosistema para el transporte sustentable. Esta es una de las tecnologías más accesibles para descarbonizar camiones pesados”, explicó Karl Thomas, vocero de Optimus.
Desde Pilot, la empresa operadora de la estación, también celebraron el avance. “Ofrecer soluciones descarbonizadas es clave para nosotros y para nuestros clientes”, señaló Eric Fobes, director de renovables de la firma.
Valor agregado para el agro
El biodiésel producido en Iowa se elabora mayormente a partir de aceite de soja, lo que convierte a este tipo de iniciativas en motores directos para la economía agrícola del estado. Según datos de la Iowa Biodiesel Board, la industria generó en 2024 más de 2.200 millones de dólares en ventas y 123 millones en ingresos laborales. Además, se estima que el biodiésel eleva en unos 50 dólares el valor por tonelada de soja producida.
“El uso de B99 por parte de PepsiCo muestra que las mezclas altas de biodiésel ya no son una promesa de futuro. Están funcionando hoy”, afirmó Dave Walton, productor y directivo de la Iowa Soybean Association.
El sector del biodiésel recibe un espaldarazo desde Washington
Esta semana, el Congreso de Estados Unidos aprobó una medida clave para el futuro de los combustibles renovables en el país: la extensión hasta fines de 2027 del crédito fiscal 45Z, un incentivo que otorga beneficios económicos a los productores que logren reducir de forma comprobada sus emisiones frente a los combustibles fósiles. (ver En una jugada cargada de patriotismo, Trump da un nuevo impulso a los biocombustibles)
Washington rediseña su estrategia: apuesta fuerte al biodiesel y excluye a los eléctricos
Una novedad importante para los productores de Iowa es que el crédito será transferible, lo que permite comercializarlo o aplicarlo de forma flexible. Además, a partir de 2025, solo serán elegibles los biocombustibles elaborados con materias primas originadas en Estados Unidos, Canadá o México, reforzando las cadenas regionales y dando previsibilidad a la producción local.
Transporte pesado, impacto inmediato
La Agencia de Protección Ambiental (EPA) estima que el 23 % de las emisiones del transporte terrestre en Estados Unidos provienen de camiones medianos y pesados. Ante la dificultad de electrificar este segmento en el corto plazo, los combustibles renovables como el biodiésel aparecen como una solución inmediata, con infraestructura compatible y capacidad de reducción de emisiones probada.
El caso de PepsiCo muestra que es posible avanzar rápido, con tecnología disponible, decisiones empresariales concretas y un entorno institucional más estable. Desde los campos de soja hasta el surtidor, y del surtidor al motor, el biodiésel empieza a dejar de ser una alternativa para convertirse en presente.