miércoles, octubre 22, 2025
 

De los campos de maíz a los plásticos sostenibles: comenzó a funcionar la mayor planta de bio-BDO del mundo

Con una inversión de 300 millones de dólares, Qore —la alianza entre Cargill y HELM— pone en marcha en Iowa la planta más grande del mundo de bio-BDO, apostando a reemplazar insumos fósiles por azúcares.

Compartir

 
 

Mientras gran parte del debate climático se enfoca en las fuentes de energías renovables, una revolución menos visible —aunque igual de crucial— se abre paso entre fermentadores, tanques de acero inoxidable y bacterias diseñadas con precisión genética. En Iowa, Estados Unidos, acaba de iniciar operaciones la planta más grande del mundo para producir bio-BDO, una molécula omnipresente en nuestras vidas, pero que hasta ahora era casi inseparable del petróleo.

El bio-BDO (1,4-butanediol de origen biológico) es un compuesto esencial en la producción de plásticos, fibras textiles, poliuretanos, elastómeros y hasta materiales biodegradables. Lo encontramos en carcasas de celulares, envases, ropa deportiva o interiores de autos. Hasta hace poco, su fabricación dependía exclusivamente de derivados fósiles. Hoy, una tecnología desarrollada por la empresa Geno permite producirlo a partir de azúcares vegetales cultivados localmente, como el maíz.

Biología sintética en acción: del laboratorio a la industria pesada

La nueva planta está ubicada en Eddyville, Iowa, en el corazón del cinturón agrícola estadounidense. No es casual. Allí, la disponibilidad de biomasa agrícola y una infraestructura logística consolidada convierten a esta región en una plataforma ideal para la bioindustria del futuro.

La instalación fue construida y es operada por Qore®, una joint venture entre la gigante agroindustrial Cargill y la alemana HELM, con una inversión de 300 millones de dólares. Pero la clave está en el corazón tecnológico del proceso: la plataforma GENO™ Bio-BDO, desarrollada y licenciada por Geno, una empresa de biotecnología con sede en California.

La tecnología consiste en una única etapa de fermentación industrial, donde microorganismos modificados convierten azúcares en BDO con gran eficiencia. Es una aplicación concreta y de escala de la biología sintética: diseñar vías metabólicas para producir químicos complejos, usando como insumo materia prima renovable.

Una política, un subproducto y una transformación inesperada: esto es la bioeconomía

¿Por qué es revolucionario este cambio?

Porque reemplaza un insumo fósil por azúcares trazables, reduce la huella de carbono de la producción en hasta un 90%, y lo hace con un costo competitivo a nivel industrial. No es un piloto ni una utopía: la planta de Qore ya produce bio-BDO con destino comercial bajo la marca QIRA®.

Y no están solos. Según datos de Geno, ya hay 150.000 toneladas anuales de capacidad licenciada de esta tecnología entre plantas en funcionamiento o en construcción. Además de la nueva planta en Iowa, existe una primera en Italia (operativa desde 2016), y una tercera en desarrollo en Vietnam.

Las grandes marcas observan (y compran)

El potencial transformador de esta tecnología no pasa desapercibido para los grandes jugadores del mercado. La demanda de BDO a nivel global supera los tres millones de toneladas anuales y se proyecta que alcance los cuatro millones para 2030. En un contexto donde cada eslabón de la cadena busca reducir su huella de carbono, sustituir el BDO fósil por una versión biológica se vuelve una oportunidad estratégica.

La bioeconomía, un puente que une al deporte con la sostenibilidad

De hecho, Geno ya colabora con marcas líderes de sectores como el packaging, textiles, cuidado personal y del hogar, buscando reemplazar procesos contaminantes por alternativas circulares, sin resignar desempeño ni costos.

Una señal de cambio (y escala)

«Estamos viendo cómo la biomanufactura pasa del laboratorio a la escala industrial global», dijo John Gugel, CEO de Geno, al anunciar el inicio de operaciones. «Producimos químicos de alto volumen usados en productos de todos los días, reduciendo de forma radical su huella ambiental».

Lo que está en juego no es solo un insumo industrial. Es una señal de que la bioeconomía no se limita a nichos verdes o proyectos pilotos, sino que avanza decididamente en sectores de gran volumen, donde la sostenibilidad solía parecer un lujo.

La bioeconomía del maíz impulsa una nueva generación de materiales industriales sostenibles

De Iowa al mundo: un modelo replicable

La instalación de Qore en Iowa puede ser el inicio de una red global de producción de bio-BDO, que aproveche las ventajas comparativas de cada región agrícola. En América Latina, por ejemplo, países como Brasil o Argentina tienen potencial para desarrollar proyectos similares, apoyados en su capacidad agrícola y sus recursos técnicos en biotecnología.

Para la bioeconomía global, esta planta es mucho más que una novedad tecnológica: es una prueba tangible de que otra industria química es posible. Una donde el carbono no se extrae del subsuelo, sino que se recicla a través de cultivos, y donde la eficiencia se mide no solo en costos, sino también en emisiones evitadas.

 
BioEconomía.info
BioEconomía.infohttps://www.bioeconomia.info
El portal líder en noticias de bioeconomía en español.
 
 

Lo último

 

Imperdible

Más noticias

BioEconomia.info_logo
Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.

Puedes revisar nuestra política de privacidad en la página 'Política de Privacidad'.