En las curvas del automovilismo argentino, Walter Hernández supo desde muy joven que no existe gloria sin estrategia, y que no hay podios sin sacrificio. Fue campeón del Turismo Carretera en 1993, brilló en el poderoso equipo Ford Berta Motorsport del TC2000 junto a Gabriel Ponce de León, con quien logró históricos 1-2 en 2001 y 2003, y más tarde dirigió esa misma escudería como jefe técnico. Pero lo que pocos conocían, es que ese piloto obsesionado con la velocidad tenía otra pasión estacionada en su interior: la tierra.
No fue un cambio de rubro. Fue una reconversión de vida. Donde antes había ruido de motores, ahora hay silencio de campo. Donde se corrían vueltas rápidas, hoy se piensan ciclos largos. Donde la meta era llegar primero, ahora es dejar algo mejor. Walter bajó del auto, pero nunca dejó de competir. Solo cambió de pista.
Ese cambio lo llevó, tres décadas después, a subirse a un nuevo podio. Esta vez en Nueva York, en la sede central de PepsiCo, donde su empresa familiar El Parque Papas, con base en Comandante Nicanor Otamendi, fue distinguida entre casi 60 productores, asesores y familias agrícolas de 19 países con el premio a la Agricultura Positiva, el máximo galardón de los primeros Global Farmer Awards. No fue por haber llegado más rápido. Fue por haber ido más profundo.
De la nutrición balanceada a la nutrición avanzada: la nueva sinergia del suelo
Un reconocimiento global a un modelo con raíces locales
En el sudeste bonaerense, Otamendi es sinónimo de papa. Allí, El Parque Papas cultiva desde hace más de treinta años con una combinación de herencia, innovación y trabajo en equipo. Pero lo que llamó la atención de PepsiCo no fue solo su productividad, sino su compromiso medible con la sustentabilidad.
La distinción forma parte de pep+, la ambiciosa transformación de PepsiCo que busca reconfigurar su cadena de valor a través de la sostenibilidad como eje central. En ese marco, la compañía se propuso alcanzar 10 millones de acres (4 millones de hectáreas) bajo prácticas agrícolas regenerativas para 2030. Ya superaron los 3,5 millones (1,42 millones de hectáreas). Y en ese mapa, Otamendi está marcado con letras doradas.
“Desde PepsiCo Argentina nos llena de orgullo que El Parque Papas haya sido reconocido a nivel mundial. Este premio refleja el compromiso de Walter y de todo su equipo con la agricultura regenerativa y con la búsqueda constante de producir mejor, cuidando el suelo y el entorno”, expresó Guillermo Cascardo, gerente de Agronegocios de la compañía.
Qué es la agricultura positiva y cómo se cultiva
La agricultura positiva es mucho más que una etiqueta. Es una nueva forma de concebir la producción agroalimentaria en clave regenerativa. Significa devolverle al suelo más de lo que se le quita. Retener carbono en vez de emitirlo. Hacer que cada gota de agua valga. Integrar tecnología para monitorear nutrientes, eficiencia energética y biodiversidad. Transformar al productor en guardián del ecosistema.
Walter Hernández lo resume con claridad: “Desde el comienzo apostamos por las buenas prácticas agrícolas, la tecnología, la eficiencia, las prácticas regenerativas y el uso de fertilizantes de baja huella de carbono, convencidos de que es el camino hacia una agricultura más sostenible. Este premio nos reafirma que vamos por buen rumbo”.
¿Qué hacen en concreto en El Parque Papas? Implementan riego eficiente, sensores de humedad y fertilización de precisión. Aplican coberturas verdes, rotación inteligente de cultivos y productos con menor impacto climático. Trabajan codo a codo con técnicos de PepsiCo para validar cada avance. Lo que podría ser una relación comercial, se convirtió en una alianza estratégica para transformar el agro.
La sostenibilidad ya no se juega solo en el campo, sino en la cadena
Más que papas: una historia de velocidad, tierra y legado
“Estamos muy felices y agradecidos por este reconocimiento, que nos llena de orgullo y nos da fuerzas para seguir creciendo. Somos una empresa familiar que trabaja la tierra desde hace muchos años, siempre de la mano de PepsiCo, y ver que ese esfuerzo se valora es, para nosotros, una gran satisfacción”, dijo Hernández tras recibir el premio.
Pero más allá de la distinción, lo que emociona es el recorrido. El piloto que conquistó pistas hoy siembra futuro en un pueblo donde cada hectárea cuenta. El competidor que buscaba récords hoy celebra regeneración. Y la empresa que nació cultivando papas hoy cosecha un modelo global.
El Parque Papas no ganó solo un premio. Ganó legitimidad en un debate donde las grandes marcas ya no quieren proveedores, sino aliados en la regeneración del planeta. Desde Otamendi al mundo, esta pyme demostró que el futuro del agro no depende del tamaño de una empresa, sino de la profundidad de sus convicciones.


