Cuando las luces del auditorio del Ministerio de Infraestructura y Servicios Públicos de Córdoba se atenuaron, quedó en evidencia que detrás de aquel salón hay más que planes: hay una apuesta concreta para transformar el mapa energético y productivo provincial. Esa transformación no apunta sólo al consumo de combustibles distintos, sino a reinventar una cadena de valor entera: del agro al surtidor, de la PyME al Estado, con un mismo horizonte: los biocombustibles.
Un diagnóstico compartido y una mesa de trabajo clave
El Gobierno de Córdoba, a través de su Dirección Provincial de Biocombustibles y Bioenergías, convocó a una mesa de trabajo que reunió a pequeñas y medianas empresas productoras y expendedoras de biodiésel, cooperativas, cámaras sectoriales, empresas del rubro, y dependencias públicas vinculadas al transporte y al ambiente.
Durante la jornada, los participantes analizaron los avances del Observatorio sobre expendio y producción de biodiésel en la provincia. Este diagnóstico permitió trazar un mapa claro de la situación actual del sector PyME: su capacidad productiva, los desafíos de distribución, los costos logísticos, la demanda interna y las oportunidades para expandir el uso del biocombustible. También se revisaron los regímenes fiscales vigentes y los programas promocionales diseñados para acompañar la producción y el expendio.
El encuentro incluyó, además, la presentación de la Estrategia Provincial 2026–2027, un marco de acción que busca inscribir a Córdoba en una ruta sostenida hacia la transición energética. Como parte de ese plan, la provincia elaboró un análisis FODA del sector bioenergético, una herramienta clave para identificar fortalezas, debilidades, oportunidades y amenazas, y así proyectar políticas coherentes de mediano y largo plazo.
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Voces que ponen rumbo: declaración de autoridades
El encuentro fue encabezado por el director provincial de Biocombustibles y Bioenergías, Mariano Santillán, quien dialogó mano a mano con expendedores y pequeños productores de biodiésel, reconociendo su papel esencial dentro de la cadena agroindustrial cordobesa. Según Santillán: “El objetivo es profundizar los alcances establecidos en la ley 10.721 y generar una cadena de valor que sume producción industrial, agregue calificación de mano de obra y contribuya al desarrollo de un nuevo vector energético que reduzca las emisiones de gases de efecto invernadero”.
En paralelo, el subsecretario PyME, Segundo Sosa, presentó al cierre de la jornada las herramientas y beneficios previstos para acompañar al sector durante 2026, pensando en brindar previsibilidad y acompañamiento institucional a productores y expendedores pequeños y medianos.
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¿Por qué importa esta agenda para Córdoba — y para el país?
El impulso de los biocombustibles en Córdoba no es una moda ni una cuestión de retórica ambiental: representa una apuesta estratégica que conjuga producción agroindustrial, desarrollo de economías regionales, generación de empleo calificado, y contribución a la mitigación del cambio climático. Al fortalecer a las PyMEs productoras y expendedoras, la provincia busca generar agregado de valor local, evitar la fuga de divisas y estimular la reconversión energética.
Además, la consolidación de un mercado interno de biodiésel puede reducir la dependencia de combustibles fósiles importados o refinados, al mismo tiempo que ofrece una alternativa más limpia frente al uso tradicional de gasoil. En años recientes, Córdoba ya había iniciado pasos en esa dirección: por ejemplo, mediante la provisión de biocombustibles para parte de la flota estatal, sin necesidad de modificaciones mecánicas en vehículos.
La elaboración de la Estrategia Provincial y la definición de una agenda 2026–2027 ofrecen previsibilidad a empresarios, inversores, cooperativas y productores agrícolas que quieran integrarse a la cadena de producción de biocombustibles. Esa certeza es clave para atraer inversiones, mejorar infraestructura, optimizar logística y garantizar estándares de calidad.
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Un horizonte con desafíos, pero también con oportunidades
El panorama no está exento de desafíos: consolidar una red eficiente de producción y expendio, garantizar abastecimiento, mantener costos competitivos, asegurar calidad del biodiésel, y gestionar regímenes fiscales que alivien la presión sobre PyMEs son cuestiones complejas. La presentación del análisis FODA da cuenta de estas dificultades, pero también de las oportunidades: aumento de demanda interna, posibilidad de sustituir importaciones, inserción de Córdoba en cadenas de valor regionales, generación de empleo calificado y fortalecimiento del entramado agroindustrial.
Por otra parte, la articulación público‑privada es vital: sin un Estado que regule, impulse y acompañe, el sector podría quedar fragmentado; sin empresas privadas dispuestas a invertir, el plan se quedaría en buenas intenciones. Este tipo de mesas de trabajo —al reunir actores diversos— construyen puentes necesarios para sostener una estrategia de largo aliento.


