Nicholas Georgescu-Roegen, uno de los precursores de la bioeconomía, aseveró: “No incluir las leyes de la biología y la termodinámica en la economía es un grave error”.
La razón es sustancial: esa ciencia propende por la sustentabilidad; es decir, buscar un desarrollo socioeconómico sostenible aprovechando de manera eficiente los recursos naturales generados en los procesos agroindustriales.
Pues, eso lo han entendido los cultivadores de palma del país como una de las alternativas para afrontar su potencial de generación de biomasa como fuente de generación de energía, por ejemplo.
De acuerdo con Jens Mesa Dishington, presidente ejecutivo de la Federación Nacional de Cultivadores de Palma de Aceite, Fedepalma, en el futuro cercano el país producirá 2 millones de toneladas de aceite, por lo que producirá 3,8 millones de toneladas de biomasa sólida y 211 millones de metros cúbicos de biogás.


