La localidad de Zambrana, en el País Vasco, se prepara para recibir una innovadora biorrefinería que representa un paso importante hacia la economía circular en el sector vitivinícola. Esta planta, que está actualmente en fase de construcción, tiene como objetivo transformar los residuos generados por las bodegas y agricultores vascos en productos de alto valor añadido, tales como bioetanol y alimentos para la nutrición animal. Este proyecto cuenta con el respaldo y la colaboración del Centro Tecnológico Azti, un referente en innovación alimentaria y marina.
Economía circular y valorización de residuos
La nueva planta de Zambrana es un claro ejemplo de apuesta por la economía circular. Uno de los residuos clave que se valorizan en esta instalación es el raspón de uva. El raspón, conocido por ser la estructura leñosa que soporta el racimo de uva, hasta ahora tenía un uso limitado, principalmente como enmienda orgánica del suelo. Sin embargo, la biorrefinería de Zambrana transformará el raspón en bioetanol y alimento para animales, en dos fases de tratamiento distintas. Este enfoque no solo aprovecha completamente el raspón, sino que también diversifica los productos derivados de los residuos vitivinícolas.
Explorando la bioeconomía circular del vino con Roland Kosche de Dervinsa
Innovación en el tratamiento de desechos vitivinícolas
Además del raspón, la planta de Zambrana también pondrá en valor otros desechos vitivinícolas como orujos, lías y vino sobrante. Este tratamiento integral de residuos busca maximizar el aprovechamiento de cada componente, reduciendo significativamente el impacto ambiental y promoviendo la sostenibilidad en el sector vitivinícola.
Ubicación estratégica y conexiones
La biorrefinería se ubica en Zambrana, una posición estratégica que facilita la conexión con Rioja Alavesa y con otras regiones como Ayala y Bizkaia a través de la autopista AP68. Esta ubicación no solo favorece el acceso a los residuos generados por las bodegas de estas áreas, sino que también optimiza la distribución de los productos finales.
Inversión y creación de empleo
La construcción de esta planta representa una inversión de 25 millones de euros y se espera que genere al menos 30 puestos de trabajo directos. Este desarrollo no solo impulsará la economía local, sino que también contribuirá al crecimiento sostenible de la región.
El olivar andaluz: fuente de bioplásticos sostenibles para la industria alimentaria
Compromiso con la Industria 4.0 y la sostenibilidad
La biorrefinería de Zambrana está diseñada bajo los principios de la Industria 4.0, incorporando tecnologías avanzadas para mejorar la eficiencia y la sostenibilidad de los procesos. Uno de los compromisos clave de la planta es la recuperación de energía, asegurando que los residuos sean tratados sin impacto medioambiental. Para garantizar esto, la planta obtendrá una nueva certificación de cero emisiones y ya se trabaja en la implementación de un Sello Verde, que asegurará a las bodegas que sus residuos han sido manejados de manera responsable y sostenible.
Conclusión
La biorrefinería de Zambrana no solo representa un avance significativo en la gestión de residuos vitivinícolas, sino que también marca un hito en la transición hacia una economía más circular y sostenible. Con el respaldo del Centro Tecnológico Azti y una inversión considerable, este proyecto promete transformar el sector vitivinícola vasco, proporcionando soluciones innovadoras y sostenibles que beneficien tanto a la industria como al medio ambiente.