A simple vista, el horizonte marítimo europeo parece el mismo de siempre. Pero desde principios de este año, debajo de esa superficie, algo se mueve con fuerza: una transformación normativa que podría marcar un antes y un después para la descarbonización del transporte naval. Con la entrada en vigencia del reglamento FuelEU Maritime, la Unión Europea comienza a trazar una nueva ruta donde no solo se premia a quienes reducen sus emisiones, sino que también se les permite capitalizarlas.
Este nuevo escenario introduce un elemento inédito: la posibilidad de comerciar reducciones de gases de efecto invernadero entre buques. Un verdadero mercado de carbono flotante. Las reglas son claras: los barcos comerciales que operen dentro del territorio de la UE deberán reducir sus emisiones en un 2% para 2025, en comparación con los niveles de 2020. Ese porcentaje aumentará progresivamente hasta alcanzar un 80% para 2050. Quienes no lleguen a los mínimos exigidos, pagarán fuertes penalidades. Pero quienes los superen, podrán transferir ese “excedente verde” a otras embarcaciones. Una lógica simple pero poderosa: penalizar la inacción, premiar la transición.
Biometano sin escalas: la apuesta sueca que toma ventaja
En este contexto, una compañía sueca ha decidido no esperar a que el viento sople a favor. Furetank, especializada en transporte marítimo de productos líquidos y con más de un siglo de trayectoria en el norte de Europa, ha sido la primera en posicionarse con una propuesta concreta. La empresa viene invirtiendo desde hace años en una serie de buques diseñados internamente —la serie Vinga— que operan con motores duales alimentados por metano licuado. Esa capacidad técnica les permite cambiar sin modificaciones al uso de biometano, un combustible renovable obtenido a partir de residuos orgánicos.
Y eso es exactamente lo que harán. Furetank ya cerró un acuerdo de suministro de biometano con certificación de balance de masa, una modalidad que asegura la trazabilidad y sostenibilidad del biogás dentro de una cadena de distribución mezclada. Gracias a este contrato, todos los buques Vinga que operen dentro de la UE durante 2025 estarán impulsados por este biocombustible. El resultado: emisiones de gases de efecto invernadero drásticamente reducidas, muy por debajo del umbral exigido por FuelEU. En otras palabras, Furetank se convertirá en un generador de excedentes negociables.
Nace CO2mpliance: cómo se crea un mercado desde cero
Pero el movimiento no termina ahí. La empresa decidió canalizar esta oportunidad a través de una nueva subsidiaria, bautizada con un juego de palabras entre carbono y cumplimiento: CO2mpliance. Su objetivo será facilitar la comercialización de estas reducciones de emisiones, no solo para Furetank sino para otros operadores que quieran sumarse a esta lógica pero no cuenten con la infraestructura o experiencia necesarias.
La directora ejecutiva de CO2mpliance, Viktoria Höglund, explicó que la firma funcionará como una plataforma integral que permitirá tanto a quienes tienen excedentes como a quienes enfrentan déficits cumplir con el nuevo régimen europeo. “Ya tenemos el marco operativo listo, la experiencia técnica y los buques funcionando. Vamos a ocuparnos de toda la cadena: desde el cálculo de reducciones hasta la administración de transacciones, siempre alineados con las exigencias específicas del reglamento”, señaló.
Esta estrategia no es nueva para Furetank. La empresa ya había internalizado otras funciones que luego ofreció al mercado, como su departamento de fletamento. El lanzamiento de CO2mpliance es un paso más en esa tradición de crear soluciones internas que se convierten en servicios sectoriales.
La urgencia del cambio frente a la pasividad del status quo
Detrás de esta movida hay una convicción profunda. Según Höglund, la historia del transporte marítimo está llena de decisiones postergadas por miedo a la incertidumbre regulatoria. “Es cómodo seguir con los combustibles tradicionales y esperar a ver qué pasa. Pero nosotros preferimos lo contrario: ir adelante, invertir, aprovechar los incentivos apenas aparecen y demostrar que el cambio es posible”, afirmó.
No es la primera vez que la empresa actúa con esta visión. Ya en la década de 1980, Furetank ordenó la construcción de buques con doble casco mucho antes de que esa característica fuera obligatoria. Su actual transición al biometano se inscribe en esa misma lógica: anticiparse para influir, en lugar de adaptarse cuando ya sea demasiado tarde.
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Una señal para toda la industria
Lo que está en juego va mucho más allá de una sola empresa. La creación de un mercado de emisiones en el transporte marítimo representa una herramienta poderosa para transformar una industria que hoy depende en gran medida de combustibles fósiles pesados y contaminantes. Hasta ahora, los incentivos para migrar a fuentes renovables eran escasos o nulos. El sistema FuelEU cambia esa lógica de raíz, al combinar exigencias progresivas con mecanismos de recompensa directa.
El caso de Furetank y CO2mpliance muestra que la tecnología, los acuerdos de suministro y la voluntad empresarial pueden converger en soluciones concretas. Si otros actores del sector siguen este camino, el biometano podría convertirse en el protagonista inesperado de una revolución silenciosa en alta mar.


