A principios del siglo XX, el mundo enfrentaba un dilema que parecía insalvable: cómo alimentar a una población en crecimiento con suelos cada vez más empobrecidos. Fue entonces, en 1908, cuando los científicos Fritz Haber y Carl Bosch lograron un avance monumental: sintetizar amoníaco a partir del nitrógeno atmosférico, un proceso que transformaría para siempre la agricultura. Así nació el proceso Haber-Bosch, base tecnológica para la producción de fertilizantes nitrogenados como la urea, que aún hoy representa uno de los pilares invisibles sobre los que se sostiene la seguridad alimentaria global.
Desde entonces, cada 13 de octubre se conmemora el Día Mundial de los Fertilizantes, una fecha que no solo rinde homenaje a este descubrimiento científico, sino que también invita a reflexionar sobre el futuro de la producción de alimentos en un planeta cuyos recursos naturales son cada vez más finitos.
Un insumo invisible pero esencial para la mitad del alimento que consumimos
Hoy, más de un siglo después de aquel hallazgo, los fertilizantes son responsables —según datos de la Asociación Internacional de Fertilizantes (IFA)— de aproximadamente el 50% de los alimentos que se producen en el mundo. Sin ellos, simplemente, no habría comida suficiente. Pero a medida que las necesidades alimentarias aumentan —la FAO estima que hacia 2050 será necesario incrementar la producción en al menos un 60%— también crece la presión por hacerlo de forma sostenible. Y allí es donde el uso eficiente de los nutrientes y el cuidado del suelo cobran una relevancia ineludible.
‘El impuesto a la eficiencia’: una lógica que condena al país
Profertil: una apuesta constante por nutrir el suelo de forma responsable
En este contexto de urgencias y desafíos globales, Profertil —la principal empresa argentina dedicada a la producción de fertilizantes nitrogenados— se posiciona como un actor clave en la transformación hacia una agricultura más sostenible. Con más de dos décadas de experiencia, esta compañía opera su planta central en el puerto de Ingeniero White, en Bahía Blanca, desde donde produce anualmente 1.320.000 toneladas de urea granulada. Este insumo, esencial para cultivos como trigo, maíz y cebada, permite mejorar el rendimiento agrícola sin agotar la fertilidad del suelo.
Pero su compromiso va más allá de la producción. Profertil impulsa una visión integral que combina innovación, investigación aplicada y trabajo en red para asegurar que los fertilizantes lleguen al campo de forma inteligente. Esto incluye el desarrollo de productos como eNeTOTAL PLUS, un fertilizante que optimiza la eficiencia en el uso del nitrógeno, reduciendo pérdidas al ambiente y mejorando la absorción por parte de las plantas.
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Diagnóstico, conocimiento y alianzas: las claves de una nutrición eficiente
Consciente de que la sostenibilidad no se alcanza solo con productos, Profertil promueve activamente la aplicación responsable de los nutrientes mediante la difusión de las Mejores Prácticas de Manejo para la Nutrición. Este enfoque técnico incluye herramientas de diagnóstico como el análisis de suelos —una práctica fundamental para determinar las necesidades reales de cada lote— y la capacitación constante de los actores de la cadena agroalimentaria.
La empresa participa en múltiples redes de conocimiento junto a productores, distribuidores, investigadores y asesores técnicos, generando un ecosistema colaborativo orientado a mejorar el uso de los fertilizantes. En estos espacios se comparten datos, experiencias y tecnologías que permiten identificar oportunidades de mejora concretas, siempre con el objetivo de consolidar sistemas productivos más resilientes, eficientes y responsables.
Más allá de la planta: un entramado logístico que llega al campo
La magnitud de Profertil se refleja no solo en su volumen de producción, sino también en su red operativa: cuenta con 362 empleados directos, más de 1.500 contratos indirectos y trabaja con más de 850 proveedores activos. Sus equipos se distribuyen entre las oficinas administrativas en Bahía Blanca y Buenos Aires, terminales logísticas estratégicas en Necochea, San Nicolás y Puerto General San Martín (Santa Fe), además de su planta principal en Ingeniero White.
Este entramado logístico permite que los productos lleguen en tiempo y forma a los productores, incluso en los momentos críticos de la campaña agrícola, garantizando disponibilidad y calidad en uno de los insumos más determinantes para el rendimiento de los cultivos.
Fertilizantes para alimentar al mundo sin hipotecar el futuro
En un mundo que demanda más alimentos pero también más responsabilidad ambiental, los fertilizantes dejan de ser un mero insumo para convertirse en una herramienta estratégica. Usados con criterio, conocimiento y tecnología, permiten mejorar la productividad sin comprometer la salud del suelo ni los recursos naturales.
La mirada de Profertil —que este 13 de octubre renovó su compromiso con una agricultura que nutre al planeta en lugar de agotarlo— se inscribe en esa lógica. Una lógica que ya no tolera atajos extractivistas ni recetas del pasado, sino que requiere soluciones integrales, innovadoras y profundamente conectadas con la ciencia y el territorio.
Porque nutrir la tierra ya no es solo una cuestión de rendimiento: es, también, una forma de alimentar el futuro.


