Mientras el mundo se debate entre acelerar la transición energética y garantizar la seguridad del suministro, un combustible renovable de base agrícola volvió a ocupar el centro de la escena: el etanol. El pasado 20 de octubre, Washington D.C. se convirtió en la capital mundial del bioetanol durante la primera jornada completa del Global Ethanol Summit 2025 (GES), un evento que reunió a más de 450 líderes de gobiernos, empresas y organismos internacionales de más de 40 países para analizar el rol estratégico de este biocombustible en la agenda energética, climática y agrícola.
Una cumbre con músculo político y técnico
El encuentro fue inaugurado por Mark Wilson, presidente del US Grains & BioProducts Council (USGBC), organización anfitriona del evento, que promueve la exportación de granos estadounidenses y sus productos derivados, incluyendo el etanol. Wilson presentó una herramienta digital desarrollada junto a Faro90, que permite comparar, país por país, los beneficios económicos de las mezclas con etanol y su impacto en la reducción de gases de efecto invernadero. Esta plataforma apunta a respaldar decisiones de política pública con datos concretos, fortaleciendo el argumento del bioetanol como solución sostenible y rentable.
“El objetivo es empoderar a los tomadores de decisiones, líderes industriales e investigadores con datos reales que demuestran el impacto global del bioetanol”, destacó Wilson, reforzando el compromiso del USGBC con soluciones basadas en la evidencia.
Voces que marcan el pulso del sector
Las presentaciones principales estuvieron a cargo de figuras clave del sector: Geoff Cooper, presidente y CEO de la Renewable Fuels Association (RFA), el mayor lobby de biocombustibles de EE.UU.; Emily Skor, CEO de Growth Energy, otra organización de peso en la promoción del etanol y el desarrollo agrícola; y Neil Bentley, vicepresidente de gestión de mercados agrícolas para América del Norte en BASF, la multinacional alemana líder en soluciones químicas y biotecnológicas aplicadas a la agricultura.
A lo largo del día, los debates giraron en torno a dos grandes ejes: por un lado, cómo el etanol puede contribuir a los compromisos climáticos globales y, por otro, cómo escalar su acceso a mercados mediante marcos regulatorios, tecnologías y alianzas. Un panel moderado por Dan Pfeffer (PAA Advisory) reunió a voces de Filipinas, Nigeria, América Latina y Europa del Este, que coincidieron en destacar el valor geopolítico del bioetanol: una energía distribuida, flexible, de base agrícola local y con impacto positivo en las economías rurales.
Entre los panelistas se destacaron Alessandro O. Sales, subsecretario de Energía de Filipinas; Clement Isong, CEO de la Asociación de Comercializadores Energéticos de Nigeria; Lloyd Day, subdirector del IICA (Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura); y Zygmunt Gzyra, CEO de BIOAGRA SA, una de las mayores productoras de etanol de Polonia.
Flash talks: conexiones rápidas, impactos profundos
Uno de los formatos más atractivos del evento fueron los “flash talks”, breves presentaciones temáticas que permiten a empresas e instituciones exponer rápidamente su propuesta de valor. Según Alicia Koch, directora de desarrollo de exportaciones de etanol del USGBC, estos espacios no solo enriquecen el contenido del Summit, sino que también fomentan vínculos estratégicos entre actores globales.
Durante la mañana, se presentaron Claudia Bulgheroni (MEO Carbon Solutions), Michael Wang (Argonne National Laboratory) y Jarad Daniels (Global CCS Institute), quienes abordaron temas como mercados de carbono, modelos de evaluación de ciclo de vida y tecnologías de captura y almacenamiento de carbono.
Por la tarde, una segunda ronda de flash talks se enfocó en cómo la agricultura regenerativa puede potenciar la producción de etanol. Participaron Robin Vercruse (Low Carbon Fuels Coalition), Chris Malone (Indigo Ag), Holly Mayton (John Deere) y Matt Ziegler (National Corn Growers Association), quienes mostraron cómo prácticas agrícolas sostenibles pueden reducir la huella ambiental del biocombustible desde el origen mismo del cultivo.
Agricultura, energía y desarrollo: una sola estrategia
El cierre del día llegó con un intercambio entre Emily Marthaler (Growth Energy) y Doug Berven, vicepresidente de asuntos corporativos de POET, la mayor productora de etanol del mundo. Allí se consolidó una idea central del evento: el bioetanol no es solo un combustible renovable, sino un catalizador de transformaciones más amplias.
“Bioetanol es un motor para una agricultura exitosa. Y una agricultura exitosa es clave para resolver algunos de los problemas más urgentes del mundo: cambio climático, pobreza, hambre y enfermedades”, sintetizó Berven.
Lo que viene: del Summit al territorio
GES 2025 no terminó en el auditorio. Como parte del programa, nueve delegaciones internacionales emprenderán recorridos por distintas regiones de EE.UU. para conocer de cerca la cadena de valor del etanol: desde el maíz en el campo hasta la mezcla en estaciones de servicio. Este enfoque territorial refuerza la dimensión educativa y comercial del evento, y busca inspirar políticas públicas e inversiones en los países participantes.
El Global Ethanol Summit 2025 fue coorganizado por USGBC con el apoyo de Growth Energy, RFA, BASF y otras entidades aliadas, consolidándose como el evento de referencia global para el futuro del bioetanol.


