La escena no podía ser más simbólica: un jet de diseño elegante, con líneas limpias y una estampa futurista, despegando del aeropuerto internacional Piedmont Triad en Greensboro, Carolina del Norte. Pero no se trataba de un vuelo más. Esa aeronave, una HondaJet en configuración de producción, no llevaba ni una gota de combustible fósil en sus tanques. En su lugar, volaba propulsada por una mezcla pura de combustibles sostenibles de aviación (SAF), marcando un antes y un después en la historia de la aviación ejecutiva.
Un despegue con historia: del sueño a la descarbonización
Honda Aircraft Company, filial de American Honda Motor Co. dedicada al desarrollo y producción del icónico jet ejecutivo HondaJet Elite II, anunció que se convirtió en el primer fabricante de aeronaves bimotor ultralivianas en completar exitosamente un vuelo con una mezcla 100% SAF. Esto no solo representa un logro tecnológico, sino también una declaración de intenciones sobre el futuro que la compañía imagina para la movilidad aérea.
La empresa no voló sola en este desafío. La proeza fue el resultado de una estrecha colaboración con GE Honda Aero Engines, la empresa conjunta entre General Electric y Honda que desarrolla el motor HF120, corazón del HondaJet. Este motor, que ya había sido probado exitosamente en tierra con combustibles sostenibles en 2022 y 2023, demostró estar listo para llevar la transición energética al cielo.
¿Qué es el SAF y por qué importa?
Los combustibles sostenibles de aviación (SAF, por sus siglas en inglés) son biocombustibles avanzados capaces de reemplazar total o parcialmente al queroseno de origen fósil. En este caso, el vuelo se realizó con una combinación de HEFA-SPK (queroseno parafínico sintético a base de ésteres hidroprocesados y ácidos grasos) y HDO-SAK (queroseno aromático sintético hidrodesoxigenado), dos tipos de SAF que cumplen con estándares internacionales y pueden utilizarse en motores actuales sin necesidad de modificaciones.
Aunque muchas aerolíneas comerciales y operadores privados ya emplean mezclas de hasta 50% de SAF, este vuelo representa un salto cualitativo. Utilizar una mezcla 100% sin corte fósil demuestra que la tecnología actual está preparada para una transición completa, al menos desde el punto de vista técnico.
HondaJet: eficiencia como bandera
El HondaJet no es un avión convencional. Desde su diseño, este jet ha desafiado los límites tradicionales de la aviación ejecutiva. Su fuselaje, con un enfoque en mantener el flujo laminar —una técnica aerodinámica que reduce la resistencia al avance—, le permite alcanzar una eficiencia de combustible hasta un 20% superior a otros jets de su clase. Esta característica, combinada con su diseño de motores sobre las alas y una cabina optimizada, le ha valido el reconocimiento como el jet más eficiente de su segmento durante la última década.
Pero más allá de su rendimiento, el HondaJet representa una filosofía. En palabras de Amod Kelkar, vicepresidente senior y director comercial de Honda Aircraft: “Estamos inmensamente orgullosos de que nuestro equipo de ingeniería haya demostrado que el HondaJet puede operar con una mezcla 100% SAF. Este logro es un paso hacia la alineación de nuestras actividades con el objetivo global de Honda de descarbonizar nuestras operaciones para 2050”.
Desde Carolina del Norte al futuro de la aviación
Con sede en Greensboro, Honda Aircraft lleva casi dos décadas liderando la innovación en aviación ligera. La compañía, que en 2024 superó las 250 unidades entregadas del HondaJet, anunció recientemente el desarrollo del HondaJet Echelon, un modelo de 11 plazas que promete ampliar su propuesta hacia segmentos superiores.
Este vuelo con SAF no es un hecho aislado. En octubre de 2024, la empresa recibió la Acreditación de Vuelo Sostenible por parte de la Asociación Nacional de Aviación de Negocios (NBAA), una distinción que reconoce el compromiso ambiental de las organizaciones del sector.
Mientras la industria aeronáutica se enfrenta al desafío urgente de reducir sus emisiones de carbono, casos como el de Honda demuestran que los cambios estructurales pueden comenzar desde los segmentos más livianos. No se trata solo de volar más alto o más rápido, sino de volar mejor: más limpio, más eficiente y con la mirada puesta en un horizonte libre de combustibles fósiles.


