En un paso revolucionario hacia la sostenibilidad, la empresa finlandesa Fortum Recycling & Waste ha dado un salto que podría redefinir el futuro de la industria plástica: producir plástico biodegradable a partir de emisiones de dióxido de carbono (CO2). Este avance, logrado en su planta de Riihimäki, Finlandia, no solo representa un hito en la captura y utilización del carbono (CCU), sino que también abre nuevas oportunidades en la economía circular al aprovechar las emisiones industriales como materia prima para nuevos productos.
Un logro que abre nuevas puertas en la economía circular
El programa Carbon2x de Fortum, liderado por Tony Rehn, ha sido el primero en el mundo en producir plástico biodegradable completamente a partir de CO2 emitido por la incineración de residuos no reciclables. Este plástico ofrece las mismas propiedades cualitativas que los plásticos vírgenes tradicionales, pero con una ventaja crucial: reduce la dependencia de materiales fósiles y promueve un ciclo de vida más sostenible para los plásticos.
«Estoy muy orgulloso de que nuestro equipo haya logrado este avance. Es un paso significativo hacia una producción plástica más sostenible y fomenta el desarrollo de nuevos negocios basados en la economía circular», expresó Tony Rehn, Jefe del programa Carbon2x.
El potencial de esta innovación radica en que se trata de una solución que no solo reduce las emisiones de CO2, sino que las transforma en productos útiles, como el plástico biodegradable. En lugar de almacenar el carbono capturado bajo tierra, como ocurre en otros programas de captura de carbono (CCS), Fortum ha optado por un enfoque más sostenible: reutilizarlo como un nuevo recurso.
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Plásticos sostenibles a partir de residuos: una alternativa necesaria
El plástico, por su versatilidad, durabilidad y ligereza, es un material indispensable en sectores como el envasado de alimentos y la fabricación de productos de consumo. Sin embargo, la producción tradicional de plásticos a base de fósiles sigue siendo insostenible. A medida que el mundo enfrenta una creciente escasez de recursos, la búsqueda de soluciones más ecológicas es urgente. El plástico biodegradable a base de CO2 no solo conserva las propiedades del plástico convencional, sino que también ayuda a cerrar el ciclo del carbono.
Cada año, Europa incinera alrededor de 100 millones de toneladas de residuos no reciclables, generando energía pero también liberando grandes cantidades de CO2 a la atmósfera. Si las innovaciones del programa Carbon2x se implementan a gran escala, hasta el 90% de las emisiones de CO2 de la incineración podrían capturarse y reutilizarse en productos plásticos sostenibles.
Este desarrollo tiene el potencial de reducir considerablemente la huella de carbono de la industria plástica. El enfoque de reutilizar el CO2 no solo es más eficiente que almacenarlo, sino que también aborda la creciente demanda de materiales sostenibles, ofreciendo una solución que encaja en el modelo de la economía circular.
Cerrando el ciclo del carbono con plásticos biodegradables
El plástico biodegradable producido por Fortum puede reciclarse de la misma manera que otros plásticos, completando el ciclo de vida del carbono. Además, su capacidad de biodegradación ofrece una ventaja adicional: si por accidente termina en el medio ambiente, se descompone sin dejar microplásticos dañinos, un problema persistente en los plásticos convencionales.
“Creemos que está surgiendo una nueva categoría de plásticos sostenibles. Si bien el reciclaje mecánico de plásticos sigue siendo esencial, nuestro producto ofrece una alternativa que completa la circulación de materiales», explica Rehn.
Este nuevo material biodegradable tiene aplicaciones potenciales en una amplia gama de industrias, desde el envasado de alimentos y cosméticos hasta juguetes y productos electrónicos para el hogar. De esta manera, el desarrollo no solo se queda en la producción de materiales, sino que se expande hacia otros sectores clave, potenciando una economía más circular y sostenible.
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Hacia la producción industrial y el mercado europeo
Aunque el desarrollo de esta tecnología aún está en fase piloto, Rehn estima que la producción industrial de plástico biodegradable a partir de las emisiones de CO2 de la incineración de residuos podría comenzar antes de finalizar esta década. En noviembre de 2024, Fortum lanzará su marca de “plásticos nacidos del CO2” al mercado europeo, lo que marca el comienzo de una nueva era para los plásticos sostenibles.
El futuro del plástico pasa por el CO2
La innovación de Fortum Recycling & Waste ofrece una solución práctica y sostenible a uno de los mayores desafíos industriales de nuestro tiempo: cómo gestionar las emisiones de CO2 y al mismo tiempo abordar la escasez de materiales. Al convertir las emisiones de CO2 en plástico biodegradable, Fortum no solo reduce el impacto ambiental de la incineración de residuos, sino que también impulsa la transición hacia una economía circular.
Este avance destaca cómo la captura y reutilización del CO2 puede convertirse en una herramienta clave para enfrentar los desafíos medioambientales y económicos del siglo XXI. Si esta tecnología se expande a nivel global, podríamos estar ante una transformación significativa en la forma en que producimos y utilizamos los plásticos.