lunes, marzo 17, 2025
 

Argentina: un gigante en la agricultura responsable que protege la salud ambiental y humana

Compartir

 
 

En las últimas dos décadas, el uso de fitosanitarios ha aumentado un 70% a nivel global, lo que ha generado preocupación en los especialistas sobre su impacto en la salud humana, animal y en los ecosistemas. Sin embargo, esta tendencia también presenta una oportunidad única para países como Argentina, que cuenta con un enorme potencial agrícola y un compromiso cada vez más fuerte con la sostenibilidad. El desafío radica en cómo gestionar este aumento en el uso de productos químicos sin comprometer la salud de las personas ni la del planeta.

El Anuario Estadístico de la FAO 2024 señala que, aunque el uso de fitosanitarios ha sido clave para incrementar la producción agrícola y combatir la inseguridad alimentaria, su utilización irresponsable trae consigo graves consecuencias ambientales, como la contaminación del suelo y el agua, la pérdida de biodiversidad y el impacto negativo en la salud pública. En este escenario, surge una necesidad urgente: el uso responsable, controlado y adecuado de estos insumos.

La agricultura de hoy: avances y dilemas

Desde la década de 1980, la agricultura ha vivido una revolución impulsada por la tecnología y los avances genéticos. El rendimiento de los cultivos se ha disparado, lo que ha permitido reducir la pobreza y la inseguridad alimentaria, y mejorar la disponibilidad de alimentos a nivel global. Sin embargo, esta revolución también ha traído consigo efectos negativos: la excesiva dependencia de fitosanitarios y fertilizantes sintéticos ha provocado la degradación de los suelos y un desequilibrio en los ecosistemas.

Los efectos sobre la salud también son motivo de estudio. Diversas investigaciones sugieren que la exposición a ciertos agroquímicos podría estar relacionada con un incremento de trastornos del espectro autista (TEA), aunque no se ha establecido una relación causal directa. Esto abre un debate crucial sobre la seguridad de los insumos agrícolas en la cadena alimentaria.

La bioeconomía en su presente dorado: compañía líder de capital de riesgo en biotecnología supera expectativas de apoyo

La trazabilidad como clave para el cambio

En este contexto de creciente preocupación, los consumidores de hoy están cada vez más informados y exigen saber de dónde provienen sus alimentos, cómo se producen y qué impacto tienen en su salud y el ambiente. Esta demanda ha impulsado a la industria alimentaria a adoptar prácticas más responsables y transparentes, con tecnologías y plataformas que permitan trazar todo el proceso productivo.

“Argentina tiene una gran oportunidad para convertirse en un actor clave del cambio, aprovechando su capacidad agrícola, la tecnología disponible y el potencial de la industria alimentaria alineada con las Empresas CPGs (Consumer Packaged Goods). Estas empresas pueden incorporar en sus productos atributos sobre cómo fueron tratados de manera responsable desde el campo hasta la mesa del consumidor, cuidando la salud de las personas y del ambiente”, explica Diego Hoter, CEO y Co-founder de ucrop.it.

Responsabilidad y eficiencia: el futuro de la agricultura en Argentina

La trazabilidad es esencial para lograr una agricultura responsable y sostenible. El Índice de Impacto Ambiental (EIQ) es una de las herramientas que permite medir el impacto de los fitosanitarios en el medio ambiente. Con esta información, los productores pueden tomar decisiones informadas que no solo mejoren la eficiencia de la producción, sino que también disminuyan los efectos negativos sobre la salud y los ecosistemas.

Argentina, con su enorme potencial agrícola, se encuentra en una posición privilegiada para implementar prácticas que promuevan una agricultura naturalmente positiva. Esto no solo implica reducir la dependencia de fitosanitarios, sino también trabajar para enriquecer los suelos, preservar la biodiversidad y mejorar la calidad nutricional de los cultivos. El resultado sería una producción agrícola que no solo beneficia a los consumidores, sino que también contribuye al bienestar del planeta.

Un modelo global a seguir

El país tiene la oportunidad de alinearse con modelos como el de Estados Unidos, que recientemente lanzó la iniciativa «Haciendo América Más Saludable» (MAHA), orientada a fomentar prácticas agrícolas que mejoren la salud humana y animal. Argentina puede seguir este camino, posicionándose como líder en la producción de alimentos saludables y sostenibles. Tal enfoque, además de ser beneficioso para la salud, es un negocio más rentable. Los consumidores están cada vez más dispuestos a pagar por productos que demuestren su impacto positivo en el ambiente y la salud.

Microsoft apuesta fuerte al secuestro de carbono con un acuerdo histórico

Con la integración de tecnologías avanzadas y plataformas de trazabilidad, la industria agrícola argentina puede asegurar que sus productos son más saludables y responsables. Este nivel de transparencia no solo genera confianza, sino que también responde a una demanda creciente de los consumidores por productos cuya calidad y origen puedan ser verificables.

Un camino hacia el futuro

Argentina tiene el potencial de ser un referente mundial en la agricultura responsable, capaz de promover productos más saludables, respetuosos con el medio ambiente y trazables en cada etapa del proceso productivo. Al invertir en tecnologías que mejoren la eficiencia y transparencia, el país puede asegurar un futuro en el que la agricultura no solo sea un motor de crecimiento económico, sino también una fuente de bienestar para las generaciones futuras.

El futuro está en nuestras manos: la oportunidad de Argentina está aquí.

 
 
 

Lo más leído

 

Imperdible

Más noticias