El 12 de agosto, la Junta de Recursos del Aire de California (CARB, por sus siglas en inglés) publicó una serie de modificaciones a su propuesta de enmiendas al Estándar de Combustibles de Bajo Carbono (LCFS). Estas modificaciones incluyen nuevas restricciones sobre los insumos permitidos para la producción de biodiesel, apuntando directamente a aceites vegetales como la soja y la canola.
CARB propuso limitar el uso de aceite de soja y canola en la producción de biodiesel, permitiendo que solo un 20% del biodiesel reportado anualmente por cada empresa pueda provenir de estos aceites. Las empresas que excedan este límite verán el biodiesel adicional clasificado con la intensidad de carbono (CI) del diésel fósil o el CI certificado de la ruta de combustible aplicable, lo que podría reducir significativamente la competitividad del biodiesel en el mercado de combustibles del estado.
Implicaciones de la nueva regulación
California ha sido pionera en la adopción de políticas climáticas estrictas, y estas nuevas reglas demuestran un compromiso continuo con la reducción de emisiones de carbono. Sin embargo, la decisión de limitar el uso de aceite de soja y canola podría tener profundas repercusiones en la industria de biocombustibles.
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El biodiesel, un combustible renovable derivado de aceites vegetales y grasas animales, ha sido un pilar fundamental en la transición hacia fuentes de energía más limpias. La soja y la canola, en particular, han sido dos de los insumos más comunes para la producción de biodiesel en Estados Unidos. Con esta nueva restricción, las empresas productoras de biodiesel tendrán que diversificar sus fuentes de insumos, lo que podría aumentar los costos de producción y complicar las cadenas de suministro.
Detalles claves de la propuesta
Las nuevas enmiendas propuestas incluyen una cláusula para dar tiempo a las empresas que ya dependen en gran medida del aceite de soja o canola. Aquellas empresas que reporten un uso superior al 20% de estos aceites para la producción de biodiesel durante 2023, tendrán hasta el 1 de enero de 2028 para ajustar sus contratos de suministro. Sin embargo, para todas las demás empresas, la regulación entrará en vigencia tan pronto como se implemente la normativa, lo que podría ocurrir a principios de 2025 si la CARB aprueba las enmiendas en la audiencia pública programada para el 8 de noviembre de 2024.
Impulso para la diversificación de insumos
Si bien esta restricción supone un reto para la industria del biodiesel basada en aceites vegetales tradicionales, también abre la puerta a la exploración de otros insumos. La CARB ha dejado claro que busca incentivar el uso de insumos con menor intensidad de carbono y fuentes alternativas, como residuos agrícolas y aceites reciclados, en lugar de depender de cultivos como la soja y la canola.
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Este movimiento es parte de una estrategia más amplia de California para fortalecer su transición hacia energías renovables y alternativas bajas en carbono. A su vez, estas nuevas regulaciones podrían influir en otras jurisdicciones, dada la tendencia histórica de California de liderar la agenda ambiental en los Estados Unidos.
Ajustes a las metas de reducción de carbono
Además de las restricciones en los insumos de biodiesel, las modificaciones propuestas por la CARB incluyen cambios en los objetivos anuales de intensidad de carbono. La nueva propuesta incrementa la rigurosidad de las metas a corto plazo, con un objetivo de reducción del 9% en la intensidad de carbono para 2025, en comparación con el incremento del 5% propuesto anteriormente. Estas nuevas metas están diseñadas para reflejar el crecimiento continuo de los combustibles de bajo carbono y las preocupaciones de los sectores interesados.
Impacto en la producción de combustibles de aviación sostenibles
Por otro lado, la CARB también ha revisado su propuesta en relación con los combustibles sostenibles de aviación (SAF). En lugar de eliminar la exención actual del LCFS para el combustible de aviación fósil dentro del estado, como se había sugerido previamente, el nuevo enfoque se centra en fomentar la producción y el uso de SAF. Para esto, la CARB planea incluir rutas de alcohol a combustibles dentro de su lista de combustibles drop-in, facilitando la producción de SAF a partir de alcoholes como el bioetanol.
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¿Un nuevo escenario para el biodiesel?
La propuesta de la CARB representa un desafío significativo para los productores de biodiesel que dependen de los aceites de soja y canola. A medida que California continúa marcando el ritmo de las políticas ambientales en los Estados Unidos, las implicaciones de estas restricciones podrían extenderse más allá del estado, afectando a la industria de biocombustibles a nivel nacional e internacional.
Con la fecha límite de comentarios públicos fijada para el 27 de agosto de 2024, y una audiencia programada para el 8 de noviembre de este mismo año, la industria del biodiesel se enfrenta a un periodo de incertidumbre. Mientras tanto, el estado sigue avanzando hacia su ambicioso objetivo de reducción de carbono, poniendo en juego el futuro de los aceites vegetales tradicionales en la producción de combustibles limpios.


