En Rumania, Economica informó que la startup Fresh Microgreens se encuentra realizando las pruebas finales para poner a punto la granja vertical más grande de Europa.
Fresh Microgreens invirtió 2,2 millones de euros para construir dos granjas verticales en las localidades de Ploiesti y Tătărani. Esta última, cuando se inaugure en noviembre, se convertirá en el invernadero vertical más grande de Europa. Por su parte, la unidad de producción de Ploiesti, se encuentra en un «período de ajustes finos» y estaría lista para comenzar a producir de forma comercial durante este mes.
“Nuestro concepto de negocio es extremadamente simple: producimos de manera predecible, durante todo el año y al mismo costo», explicó Tudor. «El cambio climático ha provocado cambios drásticos en la eficiencia de la agricultura en el campo y los rendimientos han bajado drásticamente. (…) Tenemos 100% de previsibilidad de las ventas, el comprador tiene 100% de garantía de disponibilidad de materia prima y un costo que no depende de las fluctuaciones especulativas del mercado. Por supuesto, el costo de producción puede variar dependiendo del cambio de algunos parámetros macroeconómicos como el costo de la energía, la mano de obra, etc.».
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En la granja vertical en Tătărani se producirán 250 toneladas de vegetales por año para ensaladas de hojas tiernas en 6.500 metros cuadrados de cultivos, pero sobre una superficie de solo 864 metros cuadrados. Es decir, que por cada metro cuadrado ocupado de suelo, hay disponibles 7,5 metros cuadrados de cultivos distribuidos verticalmente sobre bandejas hidropónicas.
Toda la actividad de la granja podrá ser controlada por solo un hombre desde una consola central. El resto de los trabajadores tendrán asignadas tareas relativamente simples, equivalentes a tareas en una línea de producción automatizada, explicó Tudor.
«Logramos diseñar un sistema automatizado en el área de cultivo que asegura una compactación extraordinaria del espacio utilizado y elimina la necesidad de presencia humana en el área más sensible, donde las plantas germinan y se desarrollan. Esto reduce el riesgo de contaminación por plagas a casi cero y, en consecuencia, hace posible una política de cero pesticidas», dijo el empresario.
«Además, contamos con una alta eficiencia económica y una excelente trazabilidad, ya que todas las condiciones de cultivo se controlan cuidadosamente y se elimina el riesgo de error humano. Desde el punto de vista del productor, la mayor ventaja es la previsibilidad, sabes exactamente cuánto producirás y cuánto te costará esa producción», agregó.
El desarrollo del concepto, desde la etapa de idea hasta la etapa de proyecto técnico con especificaciones claras de ejecución e implementación, tomó casi un año e involucró a un equipo que ahora cuenta con más de 10 personas. «Estamos trabajando a un nivel pionero absoluto», dijo Tudor.