El pasado 2 de agosto, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, sancionó el proyecto de ley n.º 2308/2023 que establece el marco legal para el hidrógeno de baja emisión de carbono en el país. La ceremonia se llevó a cabo en el Complejo del Puerto de Pecém, en el estado de Ceará, y contó con la presencia del ministro de Minas y Energía, Alexandre Silveira. Esta nueva legislación marca un hito en la política energética brasileña, ya que introduce una serie de medidas diseñadas para fomentar el desarrollo de la industria del hidrógeno, incluyendo incentivos específicos para el uso del bioetanol como fuente de energía en la producción de hidrógeno.
Uno de los pilares de esta nueva ley es el Regime Especial de Incentivos para Producción de Hidrógeno de Baja Emisión de Carbono (Rehidro), que tendrá una vigencia de cinco años a partir del 1 de enero de 2025. Este régimen de incentivos busca promover el desarrollo de tecnologías y la implementación de plantas de hidrógeno que utilicen fuentes de baja emisión de carbono, como la energía eólica, solar y el bioetanol, posicionando a Brasil como un líder global en la transición energética.
Durante la sanción del proyecto, el presidente Lula destacó las vastas potencialidades energéticas de Brasil, subrayando que el país está en una posición privilegiada para liderar la transición hacia energías más limpias. «Cuando escucho hablar de hidrógeno verde, energía solar, eólica, biomasa, me pregunto: ¿qué país en el mundo puede competir con Brasil en esta transición energética?», expresó Lula, resaltando la singularidad del panorama energético brasileño.
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Por su parte, el ministro Alexandre Silveira enfatizó que la administración de Lula está implementando el mayor conjunto de políticas energéticas en la historia de Brasil. Según Silveira, la nueva ley no solo fortalece el rol de Brasil como un protagonista global en la transición energética, sino que también impulsa el desarrollo tecnológico e industrial de la cadena productiva del hidrógeno en el país. «Este conjunto de políticas públicas entregará un Brasil más moderno y consolidará nuestra liderazgo en la transición energética», afirmó Silveira.
Un aspecto crucial del marco legal es la creación del Sistema Brasileiro de Certificação de Hidrogênio (SBCH2), que establecerá la estructura, gobernanza y competencias para la certificación del hidrógeno por intensidad de emisiones, basado en un análisis de ciclo de vida. Esta medida garantiza la neutralidad tecnológica, promoviendo diversas rutas de producción de hidrógeno, incluida la que utiliza el bioetanol, un elemento clave en la matriz energética de Brasil.
El marco legal también otorga a la Agencia Nacional del Petróleo, Gas Natural y Biocombustibles (ANP) la responsabilidad de regular el hidrógeno, estableciendo un límite de intensidad de emisiones de 7kgCO2eq/KgH2. Esto favorece el uso de fuentes como la energía eólica, solar y el bioetanol, asegurando que el hidrógeno producido en Brasil cumpla con estándares internacionales de sostenibilidad.
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El Plan Nacional del Hidrógeno (PNH2) ya ha identificado 57 gigavatios (GW) en proyectos en distintas etapas de desarrollo en todo el país, con una fuerte concentración en los estados del noreste, como Ceará, Piauí y Pernambuco. Estos proyectos representan una inversión total de aproximadamente R$ 212 mil millones (aproximadamente U$S 37 mil millones).
Con la sanción de esta ley, Brasil no solo avanza en la creación de un marco regulatorio robusto para el hidrógeno de baja emisión, sino que también subraya su compromiso con el uso de bioetanol como una fuente esencial en la producción de hidrógeno, consolidando su liderazgo en la transición energética global.