En un contexto en el que el debate energético es crucial para el futuro de Argentina, la nueva ley de biocombustibles que se discute en el Congreso ha capturado la atención de productores, políticos y empresas. En este nuevo episodio de Podcast Bioeconómicos, Emiliano Huergo analiza en profundidad los puntos clave de esta legislación, centrándose en el bioetanol derivado de maíz y caña de azúcar.
La importancia del bioetanol en Argentina no es nueva. Su uso como combustible tiene raíces históricas que se remontan a los años 80 con el plan Alconafta. Sin embargo, fue la ley 26.093, sancionada en 2006, la que proporcionó el primer marco regulatorio sólido para los biocombustibles en el país, marcando un hito para la industria. Esta legislación, que tuvo vigencia hasta 2021, permitió la reconversión de plantas obsoletas, atrajo inversiones significativas y fomentó la creación de empleo, especialmente en el norte argentino, donde el sector azucarero ha sido clave para el desarrollo económico.
El impacto de la ley fue tan positivo que permitió a los productores de caña de azúcar diversificar su producción, ayudando a estabilizar los precios y evitar crisis recurrentes en el sector. A su vez, en la región central del país, la industria del bioetanol a partir de maíz floreció, impulsando la creación de biorefinerías que generan etanol y otros subproductos valiosos como alimentos proteicos para ganado y dióxido de carbono para uso industrial.
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Sin embargo, la ley 27.640, que reemplazó a la anterior, generó controversia al permitir a la Secretaría de Energía modificar de manera arbitraria el porcentaje de mezcla de biocombustibles, afectando la confianza en nuevas inversiones. El sector del bioetanol de maíz se vio particularmente afectado, ya que el corte mínimo del 12% de etanol se redujo al 6%, y en algunos casos, hasta el 3%.
La nueva ley, ahora en discusión, promete restaurar la confianza en el sector al mantener el corte de bioetanol en el 12% y aumentar gradualmente el porcentaje de mezcla hasta alcanzar el 15% en 2026. Este incremento abre nuevas oportunidades para la atracción de inversiones y asegura un mercado más estable para los productores de etanol tanto de caña de azúcar como de maíz.
Otro aspecto clave de la legislación es la posibilidad de que las petroleras entren en la producción de biocombustibles cuando la mezcla supere el 15%, algo que podría incrementar la penetración del bioetanol en el mercado argentino, siguiendo el ejemplo de países como Brasil y Paraguay, donde la gasolina contiene hasta un 25% de etanol.
Desde un punto de vista ambiental, el uso de bioetanol en la mezcla de combustibles representa un avance hacia la transición energética que Argentina necesita. El bioetanol es un aditivo económico y sustentable, capaz de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 70% en comparación con la gasolina convencional. Además, su inclusión como aditivo en la gasolina contribuye a mejorar el octanaje de manera más eficiente y ecológica que otros aditivos sintéticos.
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Si bien el consenso en torno al bioetanol parece fuerte, el debate sobre el biodiesel promete ser más complicado. Tal como Emiliano adelanta en el episodio, los desacuerdos en torno al biodiesel serán tratados en profundidad en el próximo capítulo de Podcast Bioeconómicos.
Este episodio no solo desglosa los detalles técnicos de la ley, sino que también resalta las implicancias económicas, sociales y ambientales que traerá su eventual sanción. El sector energético y agrícola de Argentina podría beneficiarse enormemente, pero el tiempo apremia, y es crucial que se logre un acuerdo legislativo pronto.
Si te interesa conocer más sobre esta ley y su impacto en la transición energética de Argentina, no te pierdas el análisis completo en nuestro podcast. Además, suscríbete a nuestro canal de YouTube y sigue nuestro sitio web, bioeconomia.info, para estar al tanto de las últimas novedades en bioeconomía.