Brasil acaba de marcar un nuevo capítulo en la transición energética global. La refinería Riograndense, con participación accionaria de Petrobras, Ultra y Braskem, logró procesar aceite vegetal en su unidad de craqueo catalítico fluido (FCC) para producir combustibles con contenido celulósico. Este avance es una muestra más de cómo la innovación permite integrar materias primas renovables en infraestructuras tradicionales del sector petrolero, optimizando su rendimiento y reduciendo la huella de carbono.
La tecnología detrás del biocombustible celulósico
El proceso empleado en la refinería Riograndense se basa en el craqueo catalítico fluido (FCC), una de las principales tecnologías utilizadas en refinerías de todo el mundo para la conversión de petróleo en productos refinados como gasoil, gasolina y GLP. En esta ocasión, se incorporó un 5% de bioaceite derivado de biomasa no alimentaria, específicamente de eucalipto, logrando así un producto con mayor contenido de origen renovable.
El bioaceite es un líquido oscuro y viscoso, rico en compuestos orgánicos, obtenido a partir de la pirólisis de biomasa. Su procesamiento en la unidad FCC permitió su conversión en distintos productos, incluidos componentes para gasolina renovable, combustible marítimo y fuel oil.
Un factor clave en esta innovación fue el uso del catalizador ReNewFCC™, desarrollado por Fábrica Carioca de Catalisadores (FCC S.A.), una empresa conjunta entre Petrobras y Ketjen. Este catalizador está diseñado específicamente para facilitar la conversión de materias primas renovables junto con petróleo, maximizando el rendimiento y la calidad del producto final.
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El origen del bioaceite: de los bosques a la refinería
La materia prima de este bioaceite provino de Vallourec Unidade Florestal, una empresa que produce carbón vegetal a partir de eucaliptos cultivados de manera sostenible. En el proceso de carbonización de la madera, se generan vapores que, en lugar de ser liberados a la atmósfera, son capturados y condensados para producir bioaceite. Este método no solo evita la emisión de gases de efecto invernadero, sino que también agrega valor a un subproducto que, de otra forma, sería desperdiciado.
Además, el bioaceite utilizado en esta prueba cuenta con certificación International Sustainability and Carbon Certification (ISCC), garantizando que su producción cumple con estándares internacionales de sostenibilidad y reducción de huella de carbono.
Un paso hacia la biorefinería del futuro
Esta no es la primera vez que la refinería Riograndense explora la integración de materias primas renovables. En 2023, se convirtió en la primera instalación del mundo en procesar 100% aceite vegetal en una unidad de FCC, obteniendo combustibles y productos químicos como propileno y aromáticos BTX (benceno, tolueno y xileno) (Ver ¡Histórico logro en Brasil! Una refinería de petróleo proceso 100% aceite de soja).
El éxito del reciente ensayo con bioaceite celulósico refuerza el compromiso de Petrobras con la transición energética. Según la empresa, el desarrollo de biocombustibles a partir de biomasa forestal y residuos agroindustriales es una estrategia clave para reducir la dependencia del petróleo sin necesidad de construir nuevas infraestructuras desde cero.
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William França, gerente de Procesos Industriales y Productos de Petrobras, destacó que esta innovación “reduce la necesidad de inversiones adicionales y abre nuevas perspectivas para la transición energética en Brasil”. Por su parte, Mauricio Tolmasquin, gerente de Transición Energética y Sostenibilidad de la compañía, subrayó que estos avances consolidan a Petrobras como un actor clave en la promoción de soluciones tecnológicas para la descarbonización.
Una sinergia entre innovación y regulación
Este combustible, al igual que el gasoil derivado exclusivamente del petróleo, debe cumplir con la legislación vigente en Brasil y ser mezclado con un porcentaje obligatorio de biodiesel. Lejos de ser una traba, esta medida refuerza la participación de biocombustibles en la matriz energética del país, asegurando que cada litro de diésel o gasolina contenga un mayor porcentaje de componentes renovables.
Esto beneficia tanto a la industria de biocombustibles como al sector agroindustrial, ya que impulsa la demanda de aceites vegetales, etanol y otros insumos de origen renovable. Además, al aumentar progresivamente la proporción de biocombustibles en las mezclas, se avanza en la reducción de emisiones sin necesidad de modificar los motores de los vehículos ya en circulación.
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Brasil apuesta fuerte por la bioeconomía
La prueba en la refinería Riograndense es parte del programa de Biorefinería de Petrobras, que prevé inversiones por 1.500 millones de dólares entre 2025 y 2029. Este esfuerzo apunta a transformar gradualmente las refinerías del país en plantas capaces de procesar una mayor proporción de materias primas renovables.
En este sentido, Petrobras ya anunció su intención de convertir la refinería Riograndense en la primera en el mundo en producir combustibles 100% renovables a partir de aceites vegetales. Si este objetivo se concreta, Brasil no solo reforzará su liderazgo en biocombustibles, sino que también consolidará su papel en la transición hacia una matriz energética más sostenible.
Este avance demuestra que la combinación de tecnología, regulación y agroindustria puede acelerar el desarrollo de soluciones innovadoras para la descarbonización, consolidando a Brasil como un referente en la bioeconomía global.