La Asociación de la Industria Automovilística Alemana (VDA, por sus siglas en alemán) ha lanzado un mensaje contundente: los biocombustibles, como el bioetanol, son fundamentales para que Europa alcance sus ambiciosos objetivos climáticos. En un reciente documento de posición, la VDA aboga por una implementación audaz de la Directiva de Energías Renovables (RED III) en las legislaciones nacionales, con el fin de asegurar que los combustibles renovables puedan contribuir decisivamente a la protección del clima.
El Papel de los biocombustibles en la estrategia climática
Según la presidente de VDA, la Directiva sobre energías renovables III de la UE, aprobada a finales del año pasado, no es lo suficientemente ambiciosa. Si el gobierno la introduce en la legislación nacional, deberá incentivar el aumento de las energías renovables. «Europa solo puede alcanzar sus objetivos de reducción de CO2 con una estrategia abierta a todas las soluciones y tecnologías posibles. Los políticos deben establecer incentivos para el impulso de las fuentes de energía renovable y, de este modo, garantizar y promover la inversión», explicó Hildegard Müller, presidenta de la VDA.
La necesidad de los combustibles renovables para la descarbonización del parque vehicular
La industria automovilística aboga por la disponibilidad no sólo de vehículos eléctricos, sino también de alternativas ecológicas como el bioetanol y los e-combustibles en grandes cantidades. A pesar de que el gobierno federal se ha fijado el objetivo de contar con 15 millones de vehículos eléctricos en 2030, todavía habrá en circulación unos 40 millones de vehículos propulsados por gasolina o diésel.
La VDA presiona para que se endurezcan las normas
Últimamente, el director ejecutivo de BMW, Oliver Zipse, también se hizo eco del mismo sentimiento, afirmando: «A medida que la política impulsa la electrificación de la industria automotriz, también debería exigir que la industria del combustible ofrezca electricidad libre de carbono, hidrógeno y combustibles neutrales en carbono».
El objetivo final de RED III es alcanzar el 100% de energía renovable en todos los sectores en 2050, y Alemania aspira a lograrlo en 2045. Sin embargo, la VDA prevé que los objetivos iniciales para 2030 pueden no estimular la inversión suficiente en el sector petrolero para producir combustibles respetuosos con el clima. El objetivo de la UE es un mínimo del 29% de energía renovable, equivalente a la electricidad y los combustibles de carga, o una reducción del 14,5% en las emisiones de gases de efecto invernadero en comparación con el uso requerido de combustibles fósiles para 2030.
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Alemania ya ha decidido una cuota de reducción más estricta del 25%. En opinión de la VDA, es necesaria una reducción del 35%. Además, la UE impone una cuota del 5,5% para la producción de bioetanol y al menos un 1% de combustibles sintéticos, que los fabricantes deben cumplir. La VDA exige una cuota del 5%. Además, los objetivos intermedios de reducción de gases de efecto invernadero deben fijarse en el 60% para 2035, el 90% para 2040 y el 100% para 2045. «A partir de 2045, no se podrán vender combustibles fósiles en las gasolineras alemanas por razones medioambientales», aclara la asociación.
En consonancia con la exigencia de una normativa más estricta, la VDA también sugirió que el gobierno debería garantizar que los hogares y las empresas tengan un fácil acceso a alternativas al gas natural que no produzcan emisiones de carbono, como por ejemplo el funcionamiento de quemadores que utilicen hidrógeno o biogás. Para fomentar aún más el cambio hacia fuentes de energía renovables, la VDA propuso que el gobierno debería considerar la posibilidad de aplicar subvenciones a los hogares y las empresas que cambien a estas alternativas sin emisiones de carbono.
Una llamada a la acción
La VDA insiste en que los biocombustibles y otros combustibles renovables son una pieza esencial en el rompecabezas de la estrategia climática europea. Mientras que la electromovilidad avanza, la transición hacia una flota vehicular totalmente descarbonizada requerirá de múltiples tecnologías y soluciones, y los biocombustibles emergen como un elemento clave en este complejo panorama.
El desafío es claro: los responsables políticos deben actuar con determinación para crear las condiciones necesarias que permitan la inversión y el despliegue de combustibles renovables a gran escala, asegurando así que Europa pueda cumplir sus ambiciosos objetivos de reducción de CO2 y liderar el camino hacia un futuro más sostenible.


