Reducir la huella de carbono, proteger la biodiversidad y adaptarse a un clima cada vez más extremo son tres desafíos que ya están definiendo el rumbo de la agricultura. En este marco, la información precisa y oportuna se ha convertido en un insumo tan esencial como el agua o la semilla. Con la mira puesta en ampliar drásticamente ese flujo de datos para el agro y la gestión ambiental, la estadounidense Muon Space, especializada en el diseño y operación de constelaciones satelitales a medida, acaba de cerrar una nueva ronda de financiación Serie B1 que combina 44,5 millones de dólares en capital y 45 millones en líneas de crédito.
El capital obtenido se destinará a integrar una tecnología de propulsión pionera y a poner en marcha una planta de fabricación en California con capacidad para producir hasta 500 satélites al año. Más que un salto industrial, se trata de un paso decisivo para multiplicar la frecuencia y la calidad de la observación terrestre, con impacto directo en la planificación hídrica, la detección temprana de plagas y enfermedades, la optimización de insumos y el seguimiento del clima en tiempo real.
Una constelación satelital al servicio del agro y el clima
Fundada en 2021 en Silicon Valley, Muon Space se ha propuesto construir sistemas satelitales que no solo capturen datos, sino que también los procesen en órbita y los entreguen listos para la toma de decisiones. Su plataforma Halo™ integra hardware, software y operaciones en un ecosistema verticalmente controlado, lo que le permite diseñar cada satélite según la misión: desde sensores ópticos multiespectrales para evaluar el vigor de los cultivos hasta instrumentos infrarrojos para medir la temperatura de suelos y follaje, o receptores de radiofrecuencia para estimar la humedad y vigilar la conectividad en zonas rurales.
En agricultura de precisión, esta capacidad se traduce en mapas de estrés hídrico casi en tiempo real, información para ajustar el riego con precisión quirúrgica y alertas tempranas sobre enfermedades o plagas antes de que el daño sea visible a simple vista. En el plano climático, significa poder seguir la evolución de tormentas, olas de calor o sequías con una resolución temporal y espacial que hoy escasea, facilitando respuestas más rápidas y coordinadas.
Propulsión innovadora para acelerar la cobertura
Uno de los cuellos de botella para desplegar constelaciones masivas ha sido la propulsión. Hasta ahora, la mayoría de los satélites dependían de gases nobles como el xenón o el criptón, costosos y con cadenas de suministro frágiles. Con la compra de Starlight Engines, Muon Space incorpora un sistema de propulsión eléctrica basado en zinc sólido, seguro de manipular, abundante y mucho más económico. Este avance no es solo un logro de ingeniería: permite reducir tiempos de integración, simplificar el diseño y acelerar la puesta en órbita de cada unidad, ampliando la cobertura global sin sacrificar calidad de datos.
De la órbita al campo en cuestión de horas
En la agricultura, la oportunidad que abre esta tecnología es pasar de un manejo reactivo a uno predictivo. Con constelaciones densas y de alta capacidad, los intervalos de revisita —el tiempo entre dos observaciones del mismo punto— se acortan de días o semanas a horas. Esto significa que un productor podrá recibir datos actualizados varias veces al día sobre el estado de sus lotes, identificar anomalías y actuar antes de que se conviertan en problemas costosos.
El impacto no se limita a los campos agrícolas. Autoridades hídricas podrán ajustar planes de distribución de agua en función de la humedad real del suelo, agencias meteorológicas podrán afinar sus pronósticos y organismos ambientales podrán evaluar, con evidencia directa, el efecto de políticas de conservación o prácticas de captura de carbono en suelos.
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Escalabilidad para un planeta que cambia rápido
La nueva planta de 12.000 metros cuadrados en San José, California, es el núcleo de esta estrategia. Con 2.800 metros cuadrados de salas limpias y una integración completa de procesos —desde la fabricación de componentes hasta las pruebas ambientales—, Muon Space busca pasar de proyectos puntuales a un flujo constante de satélites listos para lanzar. La energía proviene en gran parte de un sistema solar de 300 kW, y las instalaciones cumplen estándares de seguridad para programas de defensa, lo que abre la puerta a contratos gubernamentales de gran escala.
En un contexto donde el cambio climático impone adaptaciones rápidas y la seguridad alimentaria es un desafío global, contar con datos de alta calidad, obtenidos y procesados casi en tiempo real, deja de ser un lujo para convertirse en una necesidad estratégica. La apuesta de Muon Space apunta precisamente a cubrir esa brecha.