En Brasil, la industria de bioetanol parece estar lejos de encontrar su techo y continúa rompiendo barreras una tras otra. Aunque históricamente la producción del biocombustible ha estado asociada a la caña de azúcar, el país está experimentando un boom de inversiones en la instalación de plantas que transforman el maíz en bioetanol. Y si bien el año pasado nos sorprendió la incursión del trigo en el mundo de los biocombustibles con el anuncio de la instalación de una biorrefinería en Rio Grande do Sul, ahora es el momento de las oleaginosas.
Siendo el mayor productor y exportador global de soja, Brasil también lidera en la producción de biocombustibles como el etanol y el biodiesel. No obstante, es importante destacar que tradicionalmente el etanol se obtiene a partir de cultivos ricos en azúcares, mientras que las oleaginosas han estado asociadas a la producción de biodiesel.
Sin embargo, la reconocida empresa brasileña Caramuru Alimentos, líder en alimentos y combustibles, ha anunciado el inicio de la comercialización de etanol a base de soja en una de sus plantas ubicada en la región centro-oeste de Brasil. Este avance convierte a Caramuru en una de las pioneras a nivel mundial en la producción y venta a gran escala de etanol hidratado elaborado a partir de melaza de soja, un subproducto de la molienda de este grano.
El etanol hidratado tiene una amplia gama de aplicaciones en Brasil. Es utilizado como combustible automotriz en lugar de la gasolina en vehículos con tecnología Flex-Fuel, que representan más del 95% de los automóviles en el país. Además, este alcohol se emplea en la producción de perfumes, limpiadores, disolventes y pinturas, abarcando un espectro diverso de industrias.
La estrategia de Caramuru consiste en comercializar su etanol a base de soja en su planta de Sorriso, con una capacidad de producción de hasta 9.5 millones de litros de etanol hidratado anuales, según lo informado por la compañía. Se prevé que un 72% de esta producción se destine al mercado interno, mientras que el remanente será empleado por la empresa para la generación de concentrado de proteína de soja. Este movimiento estratégico busca además optimizar los costos operativos de Caramuru.
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La planta de Sorriso, ubicada en el estado de Mato Grosso, el principal epicentro de producción de granos en Brasil, no solo se dedica a la producción de etanol a base de soja, sino que también genera harina de soja, aceite de soja y lecitina.
Cabe mencionar que este innovador proyecto de etanol a base de soja contó con financiamiento proveniente de una agencia vinculada al gobierno federal, tal como afirmó Caramuru. Como empresa, Caramuru ocupa el sexto lugar en la molienda de soja en Brasil, además de ser el segundo procesador más grande de maíz, y desempeña un rol significativo en la producción de biodiesel en el país.