En un escenario global marcado por el crecimiento poblacional, los conflictos geopolíticos y la crisis climática, la agricultura de América Latina emerge como un actor clave en la búsqueda de soluciones para los desafíos alimentarios, energéticos y ambientales del siglo XXI. Para ello, la Universidad de Columbia y el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) han dado el primer paso hacia la creación de una nueva narrativa que refleje la relevancia estratégica de la región en los próximos 30 años.
Un debate trascendental en Nueva York
Con la participación de un selecto grupo de expertos del sector público, privado y académico, las instituciones se reunieron en el Foro de la Universidad de Columbia en Nueva York, escenario de importantes debates internacionales. El evento, celebrado en paralelo a la Asamblea General de las Naciones Unidas y la Semana del Clima, tuvo como eje la construcción de una hoja de ruta que aborde la seguridad alimentaria, la sostenibilidad ambiental y la seguridad energética.
Entre los participantes destacados estuvieron el presidente de Guyana, Mohammed Irfaan Ali; el Director General del IICA, Manuel Otero; y prominentes figuras como Jeffrey Shaman, Decano Interino de la Escuela de Clima de Columbia, y Cynthia Rosenzweig, científica del Instituto Goddard de la NASA. También formaron parte del debate figuras claves de instituciones globales como CGIAR, la Fundación Gates, el Instituto Tony Blair y Marfrig, entre otros.
Agricultura, cambio climático y biodiversidad: hacia una nueva narrativa
La construcción de esta nueva narrativa tiene como objetivo actualizar la percepción de la agricultura en América Latina, superando la visión tradicional que la describe como un sector extractivo y primario. Manuel Otero, Director General del IICA, señaló que esta narrativa obsoleta no refleja la realidad actual de las zonas rurales de la región, donde la innovación y la sostenibilidad son fundamentales para garantizar la seguridad alimentaria global y la estabilidad ambiental.
El presidente Irfaan Ali destacó que la agricultura debe ser vista no solo como un proveedor de alimentos, sino como un aliado clave en la conservación de la biodiversidad. Esta nueva visión incluye a jóvenes y mujeres como actores fundamentales para un sector que contribuye al bienestar de las personas y al desarrollo económico de los países.
América Latina como proveedor global de soluciones
El potencial de América Latina para ser un proveedor global de alimentos y servicios ecosistémicos está respaldado por su vasto patrimonio de recursos naturales y su capacidad para innovar en el uso eficiente de los recursos. Este fue uno de los puntos centrales del debate, que también abordó la interacción entre agricultura, cambio climático y pérdida de biodiversidad, temas que ya están impulsando nuevas políticas públicas a nivel mundial.
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El objetivo de la alianza entre la Universidad de Columbia y el IICA es consolidar esta visión en foros internacionales, como la próxima Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP 29), que se celebrará en noviembre en Azerbaiyán, y la COP 30, que tendrá lugar en Brasil el próximo año. Estos eventos serán escenarios clave para mostrar al mundo el verdadero aporte de la agricultura latinoamericana, tanto en términos de seguridad alimentaria como de equilibrio ambiental y estabilidad social.
Cambio climático y barreras comerciales: un nuevo desafío
En su intervención, Izabella Teixeira, ex ministra de Medio Ambiente de Brasil y Asesora Especial del IICA, advirtió que la región enfrenta desafíos importantes. Por un lado, la crisis climática y de la naturaleza, manifestada en sequías e inundaciones prolongadas. Por otro, el surgimiento de barreras comerciales no arancelarias relacionadas con la sostenibilidad ambiental.
Teixeira subrayó que la nueva narrativa debe enfocarse en educar a la sociedad para superar la dicotomía entre producción y ambiente, y poner en valor el papel irreemplazable de la agricultura latinoamericana en un contexto de creciente inestabilidad internacional y debate sobre el uso de la tierra, la deforestación, la captura de carbono y la restauración de ecosistemas.
El desafío de la conciencia pública
Walter Baethgen, investigador de la Universidad de Columbia, señaló que uno de los mayores desafíos de esta nueva narrativa será aumentar la conciencia pública sobre la importancia de la agricultura. En un mundo cada vez más urbano, muchas sociedades, incluso en países productores de alimentos, desconocen la relevancia del sector agrícola para la seguridad alimentaria y ambiental global. «El reto es enorme. Hay que construir la nueva narrativa y hacerla llegar», afirmó Baethgen.
Ciencia, innovación y el futuro de la alimentación
Los participantes coincidieron en que la ciencia y la innovación serán pilares fundamentales para enfrentar las nuevas exigencias del comercio internacional y las demandas de los consumidores, quienes cada vez priorizan alimentos saludables y sostenibles. La nueva narrativa deberá abordar también los cambios en los hábitos alimentarios, los nuevos estilos de vida y las exigencias sanitarias, sin olvidar las presiones derivadas de los movimientos migratorios, el cambio climático y los conflictos armados.
Una alianza estratégica para el futuro
Este primer encuentro en Nueva York marca el inicio de una alianza estratégica entre la Universidad de Columbia y el IICA, que buscará posicionar a la agricultura de América Latina como líder global en la provisión de soluciones agroalimentarias, energéticas y ambientales. La hoja de ruta propuesta no solo se centrará en fortalecer los sistemas agroalimentarios de la región, sino también en promover políticas que impulsen la innovación, la resiliencia y la sostenibilidad.
En un mundo cada vez más interconectado y afectado por desafíos globales, América Latina tiene la oportunidad de liderar un cambio profundo en la manera en que se percibe y valora la agricultura. Con una visión renovada y una narrativa ajustada a las necesidades del futuro, la región puede consolidarse como un actor clave en la construcción de un planeta más saludable y equitativo.