domingo, abril 28, 2024
 

Luego de 50 años, en Argentina se volvió a cosechar cáñamo industrial

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La Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca Argentina informó que la empresa de capitales nacionales Industrial Hemp Solutions (IHS) ha finalizado la primera cosecha de cáñamo industrial en territorio argentino en 50 años. El cultivo de cáñamo fue prohibido en la década del 70 en todo el país, y gracias a las posibilidades que brinda el nuevo marco regulatorio en materia de Cannabis medicinal y Cáñamo industrial, IHS pudo cosechar sus primeras plantas experimentales en las localidades bonaerenses de Chacabuco, Balcarce y Ferré.

El cáñamo es una variedad de la planta Cannabis Sativa L, que se cultiva específicamente para fines industriales. A diferencia de la variedad de cannabis utilizada para fines recreativos o medicinales, el cáñamo contiene niveles muy bajos de THC (tetrahidrocannabinol), el compuesto que produce efectos psicoactivos en la marihuana. El cáñamo se utiliza para una amplia variedad de aplicaciones industriales tales como alimentos (aceites, harinas y proteínas), papel, packaging, textiles, autopartes, materiales de construcción, biocompuestos o bioplásticos, productos para el cuidado personal, entre otros.

Se trata de un cultivo anual que puede fijar altos valores de dióxido de carbono. Las fibras que se encuentran en su tallo pueden emplearse en diversas industrias tales como construcción, celulosa, química, energía, automotriz y textil. Al reemplazar materiales no renovables de origen fósil reduce el impacto negativo de los mismos en la cadena de valor.

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Con la autorización del Senasa y del INASE, IHS logró ingresar al país genéticas de cáñamo de vanguardia provenientes de diferentes regiones del mundo. Como Argentina no cuenta con un banco de germoplasma propio para el cultivo del cáñamo, el INASE autorizó que IHS ingresara los materiales para realizar sus respectivas validaciones en diferentes latitudes del país.

Maximiliano Baranoff, director de Innovación de IHS, dijo que «El propósito es ‘cañamizar’ las industrias y facilitar la transición hacia las nuevas economías en pos de la creación de valor integral. De esa forma la empresa promueve el desarrollo de economías regionales, potencia el secuestro de carbono y contribuye a la regeneración de los suelos, además de generar divisas para el país, tanto por exportaciones como por sustitución de importaciones».

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Por su parte, el secretario de Agricultura, Juan José Bahillo, destacó que «tenemos el objetivo de lograr el crecimiento de los cultivos de cáñamo para todos sus usos legales con el aporte y la innovación de nuestros organismos descentralizados y de las universidades argentinas».

En tal sentido la presidenta del Senasa, Diana Guillén explicó que «estamos acompañando y viendo las experiencias de cosecha de cáñamo, el cual es un proceso que nos acercó el equipo de la Universidad de Buenos Aires que viene estudiando el cultivo y que venimos siguiendo desde el Senasa con el objetivo de ver las distintas variedades que están siendo probadas y cosechadas en distintos lugares ecológicos del país para poder determinar cuáles son las que se adaptan mejor según el clima».

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«En este momento -continuó Guillén- estamos viendo los primeros ensayos, cómo responden cada una de ellas y en simultáneo trabajando en nuevas normativas que permitan acompañar el desarrollo del sector para sus distintos usos legales, y fortalecer toda la cadena que tiene un gran potencial para el país».

Por su parte la presidenta INASE, Silvana Babbitt, expresó que «el Estado Nacional identificó al cáñamo como un cultivo estratégico y desde INASE, nos pusimos a trabajar en ese sentido. Acompañando desde nuestro rol, aportando fiscalización y trazabilidad al sistema productivo, y rigurosidad y experiencia en el registro de variedades. Trabajamos en Cáñamo como lo hicimos con el cannabis medicinal y como lo hacemos con muchas especies vegetales, entendiendo que contar con buenos materiales de propagación es fundamental para construir una industria robusta, que permita rentabilidad y desarrollo local.

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También agregó que «el cáñamo es un eficiente regenerador de suelos, sus usos van desde fibra para la industria textil pasando por materiales para la construcción, sustitución de polímeros plásticos por polímeros «naturales» y mucho más. Desde INASE consideramos vital contar con variedades aptas para nuestros ecosistemas, a poco tiempo de la reglamentación de la Ley».

En septiembre de 2022 IHS celebró un convenio específico con la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (FAUBA), bajo la coordinación del Ing. Agr. Daniel Sorlino del Grupo de Estudio y Trabajo en Cannabis (GET Cannabis) y titular de la Cátedra de Cultivos Industriales. Este convenio apunta a la evaluación de diferentes variedades de cáñamo, no sólo concentrándose en sus rendimientos, sino también en las propiedades de sus derivados para entender el impacto real que puedan llegar a producir en aquellas industrias que elijan migrar hacia el uso de estos biomateriales.

«Mediante un convenio entre la UBA y la empresa que lleva a cabo estas experiencias, es que nos sumamos a la investigación. Brindamos todo el apoyo necesario para el desarrollo de todas las variedades que tenemos en el país y su relación con el clima, particularmente en la zona pampeana. Por eso estamos recorriendo las zonas para ver cuáles se van adaptando. En esta primera experiencia buscamos adaptar la maquinaria al proceso de cosecha, y así tener un paquete tecnológico adecuado», afirmó Sorlino

 
 
 

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