lunes, febrero 17, 2025
 

La bioeconomía azul: una esperanza para los antibióticos y antinflamatorios del futuro

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El océano alberga una vasta cantidad de microorganismos. En solo un mililitro de agua marina pueden vivir hasta un millón de microbios, cada uno con el potencial de abordar problemas globales como el cambio climático o la contaminación. Este mundo invisible, conocido como el «microbioma marino», es un reservorio genético casi ilimitado que ha captado la atención de científicos y empresas en busca de soluciones innovadoras para la bioeconomía azul.

La bioeconomía azul se refiere al uso sostenible de los recursos acuáticos renovables para generar productos y servicios en sectores como la salud, la agricultura y la energía. Dentro de este contexto, el microbioma marino ha surgido como una prometedora fuente de compuestos bioactivos con aplicaciones en la industria y la salud.

Investigando el microbioma marino en España

Un ejemplo de estos esfuerzos es el trabajo de Víctor Velasco, investigador postdoctoral de la Universidad de Alicante, quien está explorando los microbiomas marinos de la costa española. Su investigación se centra en los ascidios, un tipo de invertebrado marino que puede albergar microorganismos con compuestos bioactivos de interés industrial y farmacéutico, como nuevos antibióticos.

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Velasco forma parte del proyecto Bluetools, que busca facilitar la investigación y el uso de microorganismos marinos. Su equipo recolecta muestras de diversos ambientes marinos, incluyendo puertos marítimos contaminados, que a menudo ofrecen un ecosistema único para la proliferación de microorganismos inusuales con potencial industrial.

«Los puertos son lugares estratégicos porque nos permiten reducir la presión sobre los entornos naturales más prístinos y, al mismo tiempo, encontrar microorganismos que se adaptan a condiciones adversas, lo que podría traducirse en soluciones únicas para la industria», explicó Velasco.

Extracción y análisis genético

Una vez recolectadas las muestras, Velasco y su equipo las almacenan a bajas temperaturas para preservar su integridad. Luego, el proceso de análisis comienza con la extracción de ADN, que les permite identificar las bacterias presentes y estudiar sus compuestos bioactivos potenciales. Este proceso implica la limpieza de las muestras, la congelación en nitrógeno líquido y la molienda en polvo para facilitar su manejo y análisis genómico.

«Extraigo el material genómico del ascidio y su microbioma asociado. Luego, con un análisis más profundo, intento identificar qué bacterias están relacionadas con estos organismos y qué compuestos bioactivos podrían contener», explicó Velasco.

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El siguiente paso es evaluar los microorganismos más prometedores y probar rigurosamente su potencial. Aquí es donde el trabajo de investigadores como el Profesor Marcel Jaspars, Director del Centro de Biodiscovery Marino de la Universidad de Aberdeen en Escocia, juega un papel crucial. Jaspars está investigando genes de interés antibiótico identificados en el microbioma marino a través del proyecto BlueRemediomics.

Combatiendo la resistencia a los antibióticos con la bioeconomía azul

La resistencia a los antibióticos es un desafío global. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las bacterias resistentes a los antibióticos fueron responsables directas de 1,27 millones de muertes en 2019, y contribuyeron a otras 4,95 millones de muertes. El microbioma marino podría ser clave para enfrentar esta crisis de salud pública.

El equipo de Jaspars está utilizando los datos del proyecto BlueRemediomics para identificar genes con propiedades antimicrobianas prometedoras. «Buscamos secuencias genéticas que tengan estas características», comentó Jaspars, refiriéndose al proceso de «minería de genomas» para identificar nuevos compuestos antibióticos que puedan proteger a los humanos sin dañar las bacterias beneficiosas.

Una vez identificados los compuestos más prometedores, el equipo los modifica genéticamente para optimizar su actividad antimicrobiana, probando su eficacia a gran escala. Sin embargo, el desafío de escalar la producción de microorganismos marinos para usos industriales y farmacéuticos es considerable.

Escalando la producción en la bioeconomía azul

Uno de los mayores obstáculos para llevar soluciones de la bioeconomía azul al mercado es el costo de escalar la producción. Empresas como Necton, la compañía productora de microalgas más antigua de Europa, ya han allanado el camino al producir microalgas para la acuicultura. Ahora, también están explorando nuevas soluciones, incluidas aplicaciones medicinales.

Patricia Diogo, gerente de innovación de Necton, destaca que la producción de soluciones innovadoras a partir de microorganismos marinos debe ser rentable y eficiente antes de llegar al mercado masivo. «El costo es uno de los principales cuellos de botella para su aplicación, a pesar de la alta demanda en Europa», comentó Diogo.

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El proyecto Algae4IBD, en el que participa Necton, es un ejemplo de cómo las microalgas pueden utilizarse para desarrollar nuevos tratamientos contra enfermedades, como la enfermedad inflamatoria intestinal (EII), que afecta a millones de personas en todo el mundo. La investigación de Algae4IBD se centra en aprovechar los extractos de microalgas para prevenir y tratar los síntomas de esta enfermedad.

La importancia de las políticas públicas

Para que las soluciones de la bioeconomía azul puedan desarrollarse y llegar al mercado de manera más rápida, Diogo subraya la necesidad de cambios regulatorios. “Muchas empresas productoras de microalgas están trabajando juntas para presionar a la UE en este sentido. Pero creo que aún se necesita una política dedicada que coordine y enfoque mejor estos esfuerzos”, añadió.

En resumen, la bioeconomía azul está abriendo nuevas fronteras en la búsqueda de soluciones sostenibles para algunos de los problemas más urgentes de la humanidad, desde la resistencia a los antibióticos hasta el desarrollo de productos industriales. Aprovechar el vasto potencial del microbioma marino no solo representa una oportunidad para innovar en sectores clave, sino también un camino hacia un futuro más sostenible.

 
 
 

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