La reciente presentación de un proyecto de ley por parte de la diputada nacional Lorena Villaverde, perteneciente a La Libertad Avanza, ha encendido las alarmas en la industria de biocombustibles de Argentina. Este proyecto, impulsado desde la Secretaría de Coordinación Energética, busca reemplazar la actual Ley 27.640 con un nuevo marco regulatorio que, según el sector, podría significar un retroceso ambiental y un duro golpe para la industria de biodiesel argentina.
Entre las voces más críticas destaca Hilarion del Olmo, presidente de la productora de biodiesel Explora SA, quien en un encendido posteo denominó «burocratosaurios» a quienes impulsan la normativa. Según Del Olmo, esta propuesta no solo perpetúa un abuso regulatorio existente, sino que además prepara el terreno para la desaparición gradual de las pequeñas y medianas empresas productoras de biodiésel.
¿Qué establece el proyecto de Villaverde?
El eje central del proyecto radica en mantener los cortes actuales vigentes hasta 2027 para el biodiesel y hasta 2030 para bioetanol; y continuar con la asignación del mercado regulado, que seguiría bajo el control de la Secretaría de Energía, hasta el año 2031. Durante este período, según Del Olmo, las empresas integradas, muchas de ellas vinculadas a grandes grupos económicos y las petroleras, verían incrementadas sus cuotas de mercado, mientras que las empresas no integradas quedarían progresivamente marginadas.
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Algunos puntos clave del proyecto incluyen:
- Restricciones a las empresas no integradas, impidiéndoles exportar biodiésel.
- Limitación de nuevas incorporaciones al mercado hasta que se agote la capacidad instalada de las empresas actuales.
- Favorecimiento del coprocesado, técnica donde las petroleras tienen una ventaja estratégica.
- Ausencia de un mecanismo público y transparente para la formación de precios, perpetuando la opacidad.
Según Del Olmo, estas medidas crean barreras de entrada, desincentivan la inversión y consolidan un mercado oligopólico.
El impacto en las empresas no integradas: ¿una extinción anunciada?
Hilarion del Olmo describe el escenario como una «crónica de una muerte anunciada«. El proyecto, al reducir progresivamente los porcentajes de mezcla obligatoria asignados a las empresas no integradas, pondría en jaque su sostenibilidad económica. Sin la posibilidad de competir en igualdad de condiciones, muchas de estas empresas, clave para las economías regionales, podrían verse obligadas a cerrar sus puertas.
«La evidencia del sesgo a favor de las petroleras es imposible de ocultar. No es una liberalización del mercado; es una destrucción progresiva de los pequeños actores bajo el disfraz de una transición ordenada«, afirmó Del Olmo.
La alternativa: el proyecto de la Liga Bioenergética
En contraposición, el proyecto presentado por la Liga Bioenergética de Provincias emerge como una opción más equitativa para el sector. Este esquema propone una desregulación inmediata basada en licitaciones públicas transparentes, incrementos en los porcentajes de mezcla obligatoria desde la puesta en vigor del nuevo régimen y reglas que igualan las condiciones de participación entre empresas integradas y no integradas.
Algunos de sus principales beneficios son:
- Promoción de la competencia real con igualdad de oportunidades para todos los actores.
- Protección de las economías regionales mediante el fortalecimiento de las pymes y la generación de empleo.
- Incremento en los cortes obligatorios, asegurando una demanda sostenida de biocombustibles.
- Estabilidad contractual con mecanismos que eliminan incumplimientos históricos en el sector.
¿Retroceso ambiental o reforma estratégica?
La polémica está servida. Mientras algunos apoyan el proyecto de Villaverde bajo la premisa de una transición ordenada hacia un mercado competitivo, la realidad parece ser otra. Lejos de favorecer una transición energética hacia fuentes renovables, muchos consideran que este proyecto busca frenar el crecimiento de los biocombustibles, una tendencia mundial que está ganando impulso, favoreciendo en cambio a las grandes empresas petroleras, que se benefician de su dilatación. La propuesta parece estar más alineada con los intereses de los sectores tradicionales que con el fomento de una verdadera diversificación de la matriz energética.
Por otro lado, el proyecto de la Liga Bioenergética aparece como una alternativa que garantizaría una competencia equitativa y un desarrollo sostenible del sector. El desenlace de este debate no solo definirá el futuro de los biocombustibles en Argentina, sino que también marcará un precedente sobre el rumbo de las políticas energéticas y ambientales del país.
El posteo completo de Hilarión del Olmo puede accederse haciendo click aquí.