El vasto azul de nuestros océanos podría esconder una de las soluciones más prometedoras para mitigar el cambio climático: el cultivo de algas marinas. Un reciente estudio publicado en Nature Climate Change y liderado por Oceans 2050, bajo la dirección de Alexandra Cousteau y el científico Carlos Duarte, ha demostrado que las granjas de algas pueden capturar y almacenar carbono con una eficiencia comparable a la de los manglares y pastos marinos.
Un sumidero de carbono natural y escalable
Realizado en 20 granjas de algas en cinco continentes, el estudio confirma que los sedimentos bajo estas estructuras marinas almacenan carbono a tasas equiparables a los ecosistemas costeros de mayor impacto en la captura de CO2. Más aún, las granjas más antiguas y extensas han demostrado tener una capacidad de almacenamiento aún mayor, lo que refuerza la importancia de desarrollar una acuicultura sostenible a gran escala.
La investigación revela un dato clave: si el cultivo de algas se expandiera globalmente, podría eliminar hasta 140 millones de toneladas de CO2 al año para 2050, consolidándose como una de las estrategias de captura de carbono más viables y de menor impacto ambiental.
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Beneficios que trascienden el carbono
Más allá de su capacidad para mitigar el cambio climático, el seaweed farming ofrece beneficios adicionales que lo convierten en una solución integral para la sostenibilidad.
- Regeneración de ecosistemas marinos: las algas absorben nutrientes en exceso y mejoran la calidad del agua, ayudando a combatir la acidificación de los océanos.
- Seguridad alimentaria: ricas en nutrientes esenciales, las algas pueden convertirse en una fuente clave de alimentación para una población global en crecimiento.
- Impulso económico y social: la industria del cultivo de algas genera empleo en comunidades costeras, especialmente en países en desarrollo, donde el 99% de los productores son mujeres.
- Biomateriales y energía renovable: desde envases biodegradables hasta biocombustibles, las algas ofrecen alternativas sostenibles a plásticos y energías fósiles.
Hacia un mercado de carbono azul
Uno de los hallazgos más relevantes del estudio es la necesidad de desarrollar un mercado de créditos de carbono para el cultivo de algas. Esto permitiría que empresas e inversores financien la expansión de esta práctica, al tiempo que se garantiza su integración dentro de las estrategias globales de mitigación climática.
El Global Seaweed Carbon Project, liderado por Oceans 2050, busca precisamente consolidar una metodología verificada para la comercialización de créditos de carbono derivados del seaweed farming. Esta iniciativa, premiada con el Keeling Curve Award, ha sido respaldada por organizaciones como el WWF, el Bezos Earth Fund y la Climateworks Foundation.
El futuro azul está en nuestras manos
El cultivo de algas marinas no es una idea futurista: es una realidad tangible que podría redefinir la lucha contra el cambio climático y la economía global. Su expansión podría convertir los océanos en un aliado clave en la captura de carbono, al tiempo que impulsa una economía azul regenerativa, sostenible y equitativa.
Si el mundo busca soluciones escalables y viables, quizás la respuesta haya estado todo este tiempo sumergida en el corazón del mar.