El sector de los biocombustibles enfrenta una posible reconfiguración tras conocerse que la Comisión Europea estaría evaluando suspender la certificación ISCC EU para biocombustibles elaborados con materias primas residuales. La medida, que podría extenderse por 2,5 años, aún debe someterse a análisis legal y ser aprobada por los Estados miembros.
La discusión ha generado una fuerte reacción en la industria, dado que ISCC EU es una de las certificaciones más utilizadas para garantizar la sostenibilidad de los biocombustibles en Europa. Mientras algunos señalan que la suspensión responde a preocupaciones legítimas sobre el control de fraudes y la transparencia en el mercado, otros advierten que podría generar disrupciones significativas en la cadena de suministro de biocombustibles avanzados.
¿Por qué la Comisión Europea considera suspender ISCC EU?
Si bien no se ha hecho público un documento oficial con los fundamentos de la medida, diversas fuentes del sector sostienen que la Comisión Europea ha intensificado su vigilancia sobre el mercado de biocombustibles a base de residuos debido a denuncias de fraudes en las cadenas de suministro.
Uno de los puntos centrales de la discusión es la problemática de las importaciones de biodiesel de origen dudoso, particularmente desde China. En los últimos años, se ha denunciado que volúmenes significativos de biocombustibles etiquetados como derivados de residuos podrían no cumplir realmente con los criterios de sostenibilidad exigidos por la normativa europea.
Además, el sistema de doble conteo que rige en la UE —el cual permite que los biocombustibles de residuos cuenten el doble para el cumplimiento de los objetivos de energías renovables— ha sido señalado como un incentivo que, en algunos casos, podría favorecer la falta de transparencia en la certificación de estos productos. La Comisión ha manifestado en distintas oportunidades su intención de reforzar los controles sobre este mecanismo.
La posición de ISCC y las implicaciones para el mercado
Por su parte, ISCC ha expresado su sorpresa ante la posibilidad de suspensión y ha defendido la solidez de sus estándares y sus mecanismos de prevención de fraudes. Según la entidad, la decisión carece de fundamentos claros y podría generar una distorsión en el mercado, dado que otros esquemas voluntarios de certificación no estarían en condiciones de reemplazar inmediatamente su sistema.
Desde ISCC también han planteado dudas sobre la base legal de la medida, argumentando que no se habría respetado el derecho a una audiencia previa y que se trataría de una acción discriminatoria al afectar exclusivamente a su certificación en el segmento de biocombustibles de residuos.
Mientras tanto, expertos del sector advierten que una suspensión de ISCC EU podría generar incertidumbre en los productores y distribuidores de biocombustibles, afectando la estabilidad del mercado. En particular, empresas que dependen de esta certificación podrían enfrentar dificultades para demostrar la sostenibilidad de sus productos en el corto plazo, lo que a su vez impactaría en el cumplimiento de los objetivos de mezcla obligatoria en distintos países de la UE.
Un nuevo actor para acelerar la descarbonización de los cielos
Un futuro incierto para la certificación de biocombustibles de residuos
Por el momento, el debate continúa abierto y la decisión final dependerá del análisis legal que realice la Comisión y del respaldo que pueda obtener entre los Estados miembros. Mientras tanto, el sector sigue de cerca los acontecimientos, consciente de que cualquier medida que afecte los sistemas de certificación puede tener consecuencias significativas en la transición energética y en la sostenibilidad del mercado de biocombustibles.
Independientemente del desenlace, el caso pone en evidencia la creciente atención que la UE está prestando a la trazabilidad y el control de los biocombustibles avanzados, lo que podría derivar en una revisión más amplia de los sistemas de certificación y los incentivos regulatorios en los próximos años.