sábado, mayo 24, 2025
 

¿Qué nos enseña India sobre la transición energética?

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En un contexto global donde la transición energética se ha convertido en una prioridad ineludible, la noticia de que India ha superado su objetivo de incorporar más del 15% de bioetanol en la gasolina envía un mensaje contundente sobre el poder de la voluntad política. Este avance demuestra que las naciones en desarrollo también pueden liderar en la adopción de tecnologías sostenibles, en lugar de quedar atrapadas en debates interminables y falta de decisiones, como ha sido el caso de Argentina.

El 25 de octubre de 2022, tuve la oportunidad de disertar sobre los desafíos y oportunidades de la transición energética en el marco de la Semana de la Acción Climática, organizada por la Secretaría de Ambiente de la Nación. Mi enfoque estuvo en las oportunidades que Argentina tiene para acelerar la descarbonización del sector energético a través de las bioenergías, convencido de que la verdadera transición reside en el cambio hacia fuentes renovables.

Durante mi intervención, (que puede verse al final del texto) resalté la ventaja estratégica de incrementar el uso de biocombustibles líquidos en el transporte, un sector crucial para la reducción de emisiones y la sustitución de importaciones de combustibles fósiles. Este es un camino que, sin duda, Argentina debería seguir.

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Tuve el enorme gusto de compartir el panel con Alberto Casiano, director del Departamento de Infraestructura de la Unión Industrial Argentina, quien citó a India como un ejemplo a seguir para la transición energética de países en desarrollo, en lugar de proponernos objetivos similares a los adoptados por las grandes potencias como Suecia, Dinamarca, Alemania o Australia. Casiano destacó que el primer ministro de India, Narendra Modi, había manifestado su preocupación por las devastadoras consecuencias del cambio climático, pero al mismo tiempo debía atender las necesidades energéticas de un país con sectores de la población en extrema pobreza y en pleno desarrollo. No podría estar más de acuerdo con la visión de Casiano y Mori. Argentina, en muchos aspectos, enfrenta desafíos similares, como la necesidad de importar diésel y gasolina para cubrir la demanda local, con el agravante de la escases de divisas.

La realidad es que India ha demostrado que está logrando la transición energética en forma rápida con un firme compromiso hacia las bioenergías. Bajo la presidencia del G20 en 2023, Modi lideró la creación de la Alianza Global de Biocombustibles (GBA), una iniciativa que busca promover la adopción de biocombustibles sostenibles a nivel global. Este esfuerzo subraya el papel crucial de los biocombustibles en la reducción de emisiones de carbono y en la construcción de un sistema energético más limpio y sostenible. Actualmente, la GBA cuenta con 24 países miembros, incluidos Argentina, Brasil, Estados Unidos, Canadá, y, por supuesto, India. Todos países que tienen en común una sólida industria agrícola y donde la participación de las bioenergías, excepto en Argentina, viene creciendo sostenidamente en su matriz energética.

Desde mayo, India  ha alcanzado un nivel de mezcla de etanol con gasolina superior al 15%, a pesar de las restricciones en el uso de etanol derivado de la caña de azúcar. Este logro es especialmente notable si se considera que en los últimos 8 años, el contenido de biocombustible en la gasolina se ha multiplicado por 6. Y como si fuera poco, las proyecciones indican que la demanda de etanol seguirá creciendo en 2024 y más allá, impulsada por un aumento en la producción de bioetanol a partir de granos, como el maíz, apuntando al objetivo de alcanzar una mezcla de 25% para 2025.

Hoy, con Brasil al frente del G20, la apuesta por la bioeconomía se ha intensificado, destacando su papel clave como herramienta para el desarrollo regional. Sin embargo, mientras India y Brasil avanzan en la expansión de su infraestructura de biocombustibles, Argentina ha quedado rezagada. En este período, donde India ha pasado de prácticamente cero a un 15% de mezcla de etanol en su gasolina, en Brasil se construyeron y ampliaron más de 20 biorrefinerías. En Argentina, lamentablemente, no hemos visto un desarrollo, ni por asomo, comparable.

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La falta de acción y de decisión política nos ha costado tiempo e inversiones. El mercado de biocombustibles, fuertemente regulado en nuestro país, no ha podido seguir el ritmo de desarrollo que observamos en otras naciones. Es crucial que Argentina tome nota de estos ejemplos y retome el camino hacia una verdadera transición energética, que no solo nos permitirá cumplir con nuestros compromisos climáticos, sino que también abra nuevas oportunidades de desarrollo económico y tecnológico.

La historia de India es un llamado de atención para Argentina. ¿Estamos preparados para dejar de lado las excusas y dar el salto necesario hacia un futuro más limpio y sostenible?

 
Emiliano Huergo
Emiliano Huergo
Apasionado por el potencial transformador de la bioeconomía. Director de BioEconomía.info, promotor de iniciativas que integran innovación, equidad y sostenibilidad. 👉 Ver perfil completo
 
 

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