domingo, mayo 12, 2024
 

La batalla por reducir la huella de carbono del vino y la encrucijada que plantea el enoturismo

Compartir

 
 

Una investigación realizada por un científico australiano y otro estadounidense encontró que las visitas turísticas a los viñedos de Australia son responsables de más de un tercio de la huella de carbono del vino de ese país.

Los hallazgos del estudio realizado por Ya-Yen Sun, de la Universidad de Queensland, y Donald Drakeman, de la Universidad de Notre Dame, plantea una encrucijada a la industria del vino, que es una de las más afectadas por el cambio climático y ha encontrado en el enoturismo una importante fuente de ingresos.

«La industria vitivinícola australiana ya se ha visto obligada a adaptarse a los efectos del cambio climático, pero si no logra frenar las emisiones asociadas con el enoturismo, la industria estará contribuyendo a su propia desaparición», dice los investigadores.

Enoturismo y la huella de carbono del vino

En 2019, el enoturismo contribuyó con casi 7 mil millones de dólares a la economía australiana, creando más puestos de trabajo e ingresos económicos que cualquier otro segmento de la industria. El enotursimo promueve las exportaciones y proporciona un apoyo financiero vital para las pequeños bodegas y las granjas familiares que dependen de las ventas en la puerta de sus bodegas a los visitantes. Cuando los enoturistas no están en los viñedos y las salas de degustación, suelen estar visitando los restaurantes locales, así como las atracciones culturales como museos, conciertos y festivales.

Lectura sugerida

El enoturismo brinda a los viajeros la oportunidad de experimentar el «terruño» de una región: la geología, el paisaje, el suelo y el clima particular, factores que se unen para hacer que el vino de una región sea especial. Sin embargo, las uvas de vinificación son particularmente susceptibles a los cambios de temperatura. De hecho, la industria del vino ha sido descrita como «el termómetro del cambio climático» por la forma en que el cambio climático está afectando a la agricultura.

En Australia, los enólogos ya se han visto obligados a adaptarse a las olas de calor, la sequías más extremas, el aumento del riesgo de incendios y la salinidad. Investigaciones anteriores encargadas por Wine Australia han descubierto que el calentamiento global traerá muchos cambios a la industria. Por ejemplo, las bodegas australianas podrían tener dificultades para cultivar variedades de clima frío como el chardonnay y el pinot noir.

A pesar de la vulnerabilidad del sector, la sostenibilidad ambiental del enoturismo rara vez es abordada por la industria o la literatura académica. La investigación de Sun y Drakeman buscó cerrar esta brecha de conocimiento.

Los hallazgos

Investigaciones anteriores sobre la huella de carbono del vino han examinado factores como las emisiones creadas por la logística de distribución de vino en botellas de vidrio.

Esta investigación examinó las actividades de enoturismo que generan emisiones de carbono, como las asociadas con el transporte, el alojamiento, la comida y las compras de los turistas. El estudio hizo un seguimiento de cuánto gastan los enoturistas en sus viajes y la energía necesaria para abastecerlos de esos servicios. Luego las emisiones se asignaron a las ventas en puerta de las bodegas.

Lectura sugerida

Los investigadores encontraron que el enoturismo australiano genera 790.000 toneladas de emisiones de gases de efecto invernadero cada año, un tercio de la huella de carbono total de la industria. Eso se traduce en un promedio de 101 kilogramos de emisiones de carbono por persona que visita una bodega.

Los enoturistas australianos que pasaron al menos una noche en una bodega contribuyeron con la mayor parte de los impactos ambientales (82%). Sin embargo, debido a su mayor gasto en bodegas, sus emisiones de carbono fueron más bajas que las de los viajeros del extranjero cuando se midieron por dólar gastado.

Estimaron que una cuarta parte de los enoturistas en Australia provienen del extranjero, y los vuelos de larga distancia representan alrededor del 75% de la huella de carbono del enoturismo internacional.

Debido a factores como vuelos más cortos, los visitantes de países más cercanos a Australia, como Nueva Zelanda, Hong Kong, China y Singapur, producen entre un 20% y un 40% menos de emisiones por dólar gastado que los visitantes de Estados Unidos y el Reino Unido.

Abastecerse en la puerta de la bodega

Dadas las emisiones asociadas con el enoturismo internacional, las bodegas australianas deberían enfocarse en las visitas turísticas de residentes australianos, recomiendan los investigadores. Eso beneficiaría tanto al medio ambiente como a las economías regionales que carecen de visitantes internacionales durante la pandemia.

En términos de viajeros extranjeros, los autores del estudio sugieren que la industria vitivinícola australiana debería apuntar a mercados de corta distancia como China, Japón y Singapur. Eso reduciría la dependencia de la industria de los turistas que viajan a Australia en vuelos de larga distancia con alto contenido de emisiones.

Lectura sugerida

Ya-Yen Sun y Donald Drakeman se animaron a dejar una serie de recomendaciones a los amantes del enoturismo para ayudar a las bodegas a reducir la huella de carbono del vino. «Muchos de nosotros seremos enoturistas en algún momento, tal vez por una tarde, una noche o incluso en un viaje al extranjero a una famosa región vinícola. Entonces, ¿qué puedes hacer por la huella de carbono del vino?»

  • Visitar bodegas acreditadas que se comprometen a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero. Y mientras esté allí, compre más botellas de las que tendría de otra manera.
  • El turista del vino típico australiano compra tres o cuatro botellas en la puerta de la bodega. ¿Por qué no hacer media docena o más? Un viaje en el que compras diez botellas es más ecológico que diez viajes en los que compras de a una botella cada vez. Y únete al club de vinos para envío directo.
  • Nuestras compras en la puerta de la bodega también pueden impulsar los resultados de las bodegas y permitirles invertir en sostenibilidad ambiental. Pocos actos virtuosos saben tan bien.
 
 
 

Lo más leído

 

Imperdible

Más noticias