sábado, enero 25, 2025
 

La estrategia de las empresas bioeconómicas de los Estados Unidos para sobrevivir al regreso de Trump

Compartir

 
 

La reciente elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos ha encendido debates en todo el ámbito de la bioeconomía de Estados Unidos y más allá. Durante la conferencia anual de la Alternative Fuels & Chemicals Coalition en Washington D.C., el futuro del sector fue el tema predominante. La expectativa general sobre la futura administración es, en palabras de un asistente, «posiblemente hostil, como mínimo indiferente». Sin embargo, el sector parece estar dispuesto a adaptarse, pivotando hacia un discurso centrado en empleo local, seguridad energética y fortalecimiento de cadenas de suministro internas.

Un cambio en el discurso: de sostenibilidad a seguridad económica

Históricamente, Trump ha mostrado desdén hacia las preocupaciones medioambientales que impulsan la transición hacia materias primas de bajo carbono. Sin embargo, las empresas bioeconómicas están apostando por estrategias que resalten sus beneficios económicos y sociales. «La narrativa debe centrarse menos en emisiones de carbono y más en independencia energética y empleos locales», señaló Michael Japs, vicepresidente de Genomatica, una startup biotecnológica.

El cambio de enfoque no es casual. Con una administración que prioriza el dominio energético estadounidense, los líderes del sector consideran que destacar su papel en la creación de empleos y la seguridad de la cadena de suministro es una estrategia más convincente para captar la atención de los legisladores.

¿’Burocratosaurios’ en acción? La polémica tras el proyecto de Ley oficialista sobre el nuevo marco regulatorio para biocombustibles en Argentina

Biocombustibles bajo presión: corriendo contra el reloj

El panorama es especialmente complicado para los biocombustibles, cuya viabilidad depende en gran medida de incentivos fiscales y programas federales. Según Tim Urban, consultor senior en la consultora Bracewell, existe una «ola de ansiedad» entre las empresas del sector. Estas buscan acelerar proyectos y asegurar beneficios fiscales antes de que la administración actual deje el poder.

La Ley de Reducción de la Inflación (IRA) de 2022 ha sido clave en el financiamiento de proyectos bioeconómicos. No obstante, aunque pocos esperan que los republicanos desmantelen completamente la IRA debido al apoyo de los agricultores, es probable que algunos aspectos sean revisados. Paul Schubert, CEO de Strategic Biofuels, indicó: «Podrían ajustar algunos detalles, pero no hay consenso en el Congreso para derogar la ley».

La iniciativa Strategic Biofuels lidera proyectos que combinan tecnologías avanzadas como gasificación y captura de carbono para producir combustibles con huella de carbono negativa. Este enfoque representa el tipo de innovación que podría mantener al sector competitivo, incluso bajo políticas más restrictivas.

Bioplásticos y químicos: resiliencia sin subsidios

Por otro lado, el sector de los químicos y materiales biobasados, como los bioplásticos, enfrenta menos presión por depender menos de subsidios gubernamentales. Aunque esto ha limitado su crecimiento, también ha fortalecido su capacidad para operar de manera independiente. «La falta de apoyo gubernamental ha eliminado proyectos prometedores, pero ha hecho que el sector sea más fuerte y resiliente», comentó Rusty Pittman, CEO de DMC Biotechnologies.

El desarrollo de químicos biobasados enfrenta otro desafío: competir con productos importados a bajo costo desde regiones con regulaciones ambientales menos estrictas. Sin embargo, Shara Ticku, CEO de C16 Biosciences, sostiene que políticas proteccionistas podrían dar al sector la oportunidad de consolidarse localmente. Su empresa desarrolla un sustituto de aceite de palma, utilizando materias primas como el azúcar, producidas internamente.

Estados Unidos traza un ambicioso plan para impulsar los biocombustibles de aviación

Mirando hacia adelante: un sector que se reinventa

La bioeconomía estadounidense se encuentra en una encrucijada. Si bien la incertidumbre política genera tensiones, también es una oportunidad para innovar y redirigir el enfoque hacia aspectos que resuenen con la nueva administración. Para Liam Donovan, estratega político en Bracewell, la clave está en «enmarcar la narrativa alrededor de la dominancia energética estadounidense».

Aunque el futuro inmediato presenta retos, el sector bioeconómico está mostrando una notable capacidad de adaptación. La combinación de tecnologías avanzadas, estrategias comerciales inteligentes y el respaldo de comunidades agrícolas podría asegurar su relevancia en el panorama político y económico de los Estados Unidos.

En un mundo donde la transición energética es cada vez más urgente, la bioeconomía demuestra que la innovación y la resiliencia son esenciales para navegar las aguas cambiantes de la política global.

 
 
 

Lo más leído

 

Imperdible

Más noticias