América Latina y el Caribe, una región rica en recursos naturales y diversidad cultural, se enfrenta a diversos desafíos en su camino hacia el desarrollo sostenible. Entre ellos, la necesidad de fortalecer y promover la agricultura familiar emerge como una prioridad fundamental para asegurar la competitividad del sector agroalimentario, reducir la pobreza y garantizar la sostenibilidad ambiental.
En este contexto, FONTAGRO (Fondo Regional de Tecnología Agropecuaria) se erige como una institución crucial para el fomento de la innovación y el desarrollo tecnológico en la agricultura familiar de la región. Desde su creación en 1998, FONTAGRO ha tenido como objetivo promover el aumento de la competitividad del sector agroalimentario y asegurar el manejo sostenible de los recursos naturales, con el fin de reducir la pobreza en América Latina y el Caribe.
Una de las principales metas de FONTAGRO es establecerse como un mecanismo de financiamiento sostenible para el desarrollo de tecnologías e innovaciones agropecuarias, así como para crear un espacio de discusión y debate en torno a temas prioritarios de innovación tecnológica. Con la participación activa de países miembros como Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, España, Honduras, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela, FONTAGRO ha cofinanciado 167 plataformas regionales de innovación agropecuaria, alcanzando la significativa cifra de US$124 millones destinados a 452 instituciones en 33 países a nivel mundial.
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En este contexto, la agricultura familiar emerge como un pilar esencial en el impulso de sistemas agrícolas sostenibles en la región y el resto del mundo. Aunque ha experimentado avances tecnológicos que han mejorado sus prácticas, aún requiere un marco político y legal que fomente su crecimiento y desarrollo de manera integral.
En palabras de la Asamblea General de las Naciones Unidas en su «Año Internacional de la Agricultura Familiar», se define a la agricultura familiar en América Latina y el Caribe como una forma de organizar diversas actividades agrícolas, ganaderas, silvícolas, pesqueras, acuícolas y de pastoreo, en la que una familia se encarga de la administración y operación, dependiendo principalmente del trabajo familiar.
Con aproximadamente el 80% de las explotaciones agrícolas en la región pertenecientes a la agricultura familiar, involucrando a más de 60 millones de personas, este sector se presenta como un actor fundamental en la lucha contra el hambre y la promoción de sistemas agrícolas sostenibles. Además de ser responsable de la mayor parte de la producción de alimentos para el consumo interno, contribuye de manera positiva a la seguridad alimentaria, la generación de empleo, la biodiversidad agrícola y el uso sostenible de los recursos naturales.
Es en este contexto donde proyectos como «De la Ciencia al Impacto», impulsado por FONTAGRO en su Convocatoria del 2019, adquieren una relevancia especial. Este proyecto, representado por la iniciativa °AHoRa liderada por la investigadora Martha Marina Bolaños Benavidez, busca proporcionar a los productores de musáceas, banano y plátano de la agricultura familiar, herramientas que les permitan tomar decisiones informadas para mejorar la productividad y rentabilidad de sus cultivos, a través de soluciones Agrotech climáticamente inteligentes.
“Con este aplicativo se busca que los productores de musáceas, banano y plátano de la agricultura familiar, se les facilite la toma de decisiones informadas para realizar oportunamente las prácticas agronómicas en estos cultivos, y mejorar la productividad y la rentabilidad de estos sistemas”, explica Bolaños Benavidez.
Sin embargo, y a pesar de los avances logrados, quedan varios retos por superar. La necesidad de acceso a mercados y cadenas de valor representa una prioridad clave para los agricultores familiares. Cuanto más oportunidades tengan de comercializar sus productos, mayor será la disponibilidad de alimentos de calidad a precios justos, beneficiando así a toda la sociedad.
